“Rescate en el Mar del Norte” es una película de acción y espionaje de 1987 que, a primera vista, podría parecer un simple vehículo para exhibir la gloria de Roger Moore en su última incursión en el papel de agente secreto. Sin embargo, más allá del atractivo de un viejo espía, la cinta revela una complejidad sorprendente, especialmente en la dirección de Richard Marquand y en las actuaciones que, en su mayoría, sobresalen. Marquand logra construir una atmósfera tensa y claustrofóbica desde las primeras escenas, utilizando la belleza desoladora del paisaje noruego para contrastar con la brutalidad de la situación.
La película se centra en la búsqueda de una célula terrorista liderada por Anton Fortin (Anthony Perkins), un personaje que, paradójicamente, resulta ser un individuo ambiguo y fascinante. Perkins ofrece una actuación en la que alterna entre la frialdad calculada del líder terrorista y momentos de vulnerabilidad que cuestionan su motivación. Este detalle es crucial, pues la película no se limita a presentar a un simple villano; explora las razones detrás de sus acciones, ofreciendo una perspectiva, aunque limitada, de su lado. El encuentro entre Moore y Fortin, el eje central del conflicto, es excepcionalmente bien ejecutado, repleto de diálogos afilados y una tensión palpable que se mantiene durante toda la secuencia. Moore, a su sorpresa, ofrece una interpretación más profunda y menos caricaturesca que en muchas de sus películas anteriores, demostrando una capacidad de actuación que a menudo se subestima.
El guion, aunque con algunos clichés típicos del género, está bien estructurado y presenta un ritmo adecuado. La trama, centrada en la planificación meticulosa de la operación de rescate y la posterior confrontación, es efectiva y mantiene al espectador enganchado. La película se beneficia enormemente de la fotografía de Sven Nykvist, quien, a pesar de la ambientación fría y oscura, crea imágenes visualmente impactantes y memorables. La utilización de la luz y la sombra es magistral, intensificando la sensación de peligro y desesperación. La banda sonora, igualmente, complementa a la perfección las escenas de acción, reforzando la atmósfera de tensión y suspense. No obstante, la película no ahonda tanto como podría haberlo hecho en la exploración de las consecuencias emocionales del conflicto, optando por priorizar la acción y el desarrollo de la trama.
Si bien no es una obra maestra del cine de espías, “Rescate en el Mar del Norte” es una película disfrutable que ofrece un buen entretenimiento y demuestra el talento de sus principales actores y del director. La película evoca una sensación de peligro constante y, para los fans de los thrillers de espías clásicos, es una opción sólida que resiste el paso del tiempo. Se disfruta especialmente si se aprecia el trabajo en equipo, la meticulosidad en la planificación y la amenaza subyacente que impregna cada escena.
Nota: 7/10