“Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City” no es, ni mucho menos, la reinvención radical que muchos esperábamos de esta franquicia. Es, en cambio, una apuesta segura, un retorno a los orígenes que, si bien no redefine el género, ofrece una experiencia de terror y acción que, para los fans, resonará con fuerza. La película se centra en la atmósfera lúgubre y el sentimiento de desesperación que siempre ha caracterizado a Raccoon City, y en gran medida, logra replicarlo con éxito. El director Peter Weller, anteriormente conocido por su trabajo en “Blade Runner”, aporta una dirección visual que, aunque sencilla en términos de ejecución, es efectiva en la creación de una sensación constante de opresión y peligro inminente.
El guion, basado en la materia prima de los videojuegos, se centra en un grupo heterogéneo de personajes que se ven arrastrados a las fauces de la amenaza. Si bien la premisa –un éxodo de la población y el surgimiento de un mal no identificado– es estándar en la saga, la película no se esfuerza demasiado por desarrollar a sus protagonistas. La trama avanza a un ritmo pausado, centrándose más en el espectáculo de acción y en las tensiones generadas por la constante amenaza del “mal” que se manifiesta a través de criaturas grotescas y horripilantes. La dirección de arte, impecable en su representación de una Raccoon City en ruinas y contaminada, es uno de los puntos fuertes de la película, contribuyendo significativamente a la inmersión del espectador.
Las actuaciones son decentes, pero no sobresalientes. Recientemente fallecido Lance Henriksen, interpretando a un personaje central del pasado de Umbrella, ofrece un desempeño sutil y memorable, aportando un peso moral y una amenaza latente que se siente a lo largo de la película. Sin embargo, la mayoría de los actores se limitan a cumplir con sus roles, sin profundizar lo suficiente en la complejidad de sus personajes. El uso del “slow-motion” durante las secuencias de acción, omnipresente en la franquicia, se mantiene, aunque en ocasiones, resulta excesivo e incluso redundante. La película, en su intento de homenajear los videojuegos, a veces se siente un poco forzada, con referencias directas y momentos que, si bien son agradables para los fans, no aportan valor añadido a la historia para el público general.
A pesar de sus fallos, “Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City” es una película de terror competente que, sin duda, complacerá a los aficionados a la saga. Ofrece una experiencia visualmente atractiva, con una atmósfera sombría y un diseño de criaturas inquietante. No es una obra maestra, pero sí una película que se disfruta y que, quizás, sirva como un buen punto de partida para aquellos que deseen adentrarse en el universo de Resident Evil. La película se toma lo que le importa y lo hace bien, enfocándose en la atmósfera y el horror visceral, lo que la convierte en una opción decente para una noche de cine. No genera expectación, pero tampoco decepciona.
Nota: 6/10