“Resident Evil: Degeneración” es, en esencia, un experimento. Capcom, después de años en el terreno del live-action, se atreve a sumergirse por completo en el mundo de Resident Evil, apostando por la animación digital para esta entrega. Y, aunque el resultado no es perfecto, sí que ofrece una experiencia visualmente interesante y con momentos de tensión genuina, aunque te deje con una sensación de incompletud, como si estuviera mirando un episodio de serie en pausa.
La película, situada siete años después de los acontecimientos de “Resident Evil 2”, se centra en la resurrección repentina de una nueva cepa del virus T en Estados Unidos. Claire Redfield y León S. Kennedy, interpretados con solidez por Lara Pulver y Sam Witney respectivamente, se enfrentan a un caos inminente. La dirección de Jake Roberts se distingue por su ritmo frenético y su enfoque en la supervivencia visceral. Roberts logra capturar la desesperación de los personajes y la brutalidad de las situaciones, utilizando una paleta de colores apagados y sombríos que refuerzan la atmósfera opresiva. No obstante, a veces la dirección se inclina por efectos especiales llamativos, pero poco funcionales, que distraen de la narrativa principal. El uso de la animación digital, si bien técnicamente competente, carece de la expresividad y el detalle que se encuentran en el live-action, lo que afecta la inmersión del espectador.
Las actuaciones son sólidas, con Pulver y Witney aportando un dinamismo y una credibilidad convincentes a sus roles. La química entre los dos protagonistas es palpable, lo que contribuye a generar momentos de tensión y romance que, aunque poco desarrollados, funcionan. Sin embargo, el guion es el punto débil de la película. Si bien la premisa es atractiva, la historia carece de profundidad y complejidad. Se basa en clichés del género zombi y, a menudo, recurre a tramas secundarias que no aportan nada significativo al desarrollo de la trama principal. Los diálogos son funcionales, pero no memorables, y la construcción de personajes es superficial. Se siente como si se hubieran recortado demasiadas ideas para condensar la historia en un tiempo limitado.
A pesar de sus defectos, “Resident Evil: Degeneración” ofrece una serie de secuencias de acción espectaculares y, en ocasiones, realmente impactantes. La película se beneficia de la libertad que ofrece la animación digital para mostrar la devastación causada por el virus y la naturaleza grotesca de los zombis. La banda sonora, con su mezcla de electrónica y metal, contribuye a mantener la tensión y el suspense. Finalmente, la película trata de explorar el trauma psicológico de los personajes después de los horrores que han presenciado, pero esto se realiza de forma muy poco desarrollada. Es un intento, aunque no muy logrado, de profundizar en la humanidad de los protagonistas, que a menudo son reducidos a meros ejecutores de misiones de supervivencia.
Nota: 6/10