Resident Evil: El capítulo final (2016)

“Resident Evil: El Capítulo Final” no es solo una película de zombies; es una epopeya apocalíptica que, a pesar de sus evidentes limitaciones, busca cerrar un saga que ha dividido a los fans durante más de dos décadas. La película, dirigida por Shane West, se atreve a explorar las consecuencias de las decisiones de Alice y, en última instancia, su redención. La trama, si bien repetitiva en algunos momentos, se beneficia de un tono sombrío y claustrofóbico que logra generar tensión en ciertas escenas. La apuesta por un final con la destrucción de Raccoon City, una ciudad que ya fue escenario de horrores inimaginables, es un movimiento arriesgado que, aunque comprensible dentro del canon de la franquicia, resulta algo predecible.

La dirección de West logra, en su mayoría, mantener un ritmo frenético que obliga al espectador a seguir cada movimiento de los personajes. Las secuencias de acción, coreografiadas con un vigor considerable, son visualmente impactantes, aunque a veces carecen de la sutileza que podría haber elevado el nivel de la tensión. La película se siente, en gran medida, como un despliegue de efectos especiales, buscando compensar una falta de profundidad narrativa. Los nuevos monstruos, diseñados con una estética inquietante, son probablemente el punto fuerte del apartado visual, logrando inquietar y generando temor en las escenas donde se les da protagonismo.

Las actuaciones son generalmente decentes, pero la película no proporciona el material suficiente para que los actores brinden interpretaciones memorables. Lina Gallegos, como Alice, se ve superada por el guion, que se enfoca más en la acción que en el desarrollo de su personaje. Sin embargo, la interpretación de Chris Eriksen como Jill Valentine aporta cierta vitalidad al equipo y su relación con Alice, aunque algo forzada, genera momentos interesantes. El regreso de Wesker (Tom Hollander) es, para bien o para mal, un cliché del género, pero su presencia sí que añade una capa de amenaza palpable a la trama.

A pesar de los elementos positivos, como las secuencias de acción y la ambición de cerrar un universo, "Resident Evil: El Capítulo Final" se siente como una película demasiado enfocada en el espectáculo y con una historia que podría haber sido mucho más rica. La resolución del conflicto, aunque cumple con su propósito de cerrar la saga, carece de la profundidad y el impacto emocional que se esperaría de una conclusión tan ambiciosa. La película, en definitiva, es una experiencia entretenida para los fans de la saga, pero que no alcanza el nivel de una gran película de acción o terror. Su principal valor reside en ser el punto final de un largo viaje, aunque ese viaje a veces se haya sentido algo accidentado.

Nota: 6/10