“Resident Evil: Venganza” no es, sin duda, una obra maestra del cine de acción, pero tampoco es una decepción absoluta. La película se sitúa dentro de la larga saga, intentando responder a preguntas de los fans y expandir el universo corrompido por Umbrella. Sin embargo, a pesar de sus momentos de tensión y de la dinámica que surge entre Alice y sus nuevos compañeros, la película se siente, en última instancia, como un ejercicio de reciclaje más que una evolución narrativa.
La dirección de Kolter Hutton logra mantener un ritmo frenético, con secuencias de acción coreografiadas de manera efectiva y visualmente impactantes. Las persecuciones en Tokio, particularmente, se benefician de una buena planificación y de un uso inteligente del entorno urbano. Sin embargo, la intensidad constante puede llegar a ser agotadora, y en ocasiones, la película recurre a clichés visuales propios del género. La banda sonora, omnipresente, contribuye a crear una atmósfera de peligro constante, aunque a veces, su uso es excesivo y aleja la atención de lo que realmente sucede en pantalla.
La actuación de Milla Jovovich como Alice sigue siendo el punto fuerte de la película. A pesar de la ya marcada trayectoria de su personaje, Jovovich continúa demostrando una presencia física y una fuerza actoral convincentes. La dinámica entre Alice y los nuevos aliados, especialmente el personaje de Peter Ferdinand interpretado por Hidi Cho, ofrece algunos momentos interesantes, aunque las subtramas románticas son, en general, poco desarrolladas y, a veces, poco creíbles. Las interpretaciones de los otros miembros del elenco son correctas, pero no logran destacar con mayor solidez.
El guion es, sin duda, el punto débil de la película. Si bien se intenta introducir elementos de intriga y misterio, la historia carece de profundidad y complejidad. Las revelaciones sobre el pasado de Alice, aunque prometedoras en el papel, no están totalmente exploradas y dejan con la sensación de que se han introducido más como un recurso para generar expectación que como parte integral de la trama. La explicación del virus, aunque se intenta modernizarla, sigue siendo algo vaga y poco convincente. Se siente como si el guion se basara demasiado en la acción y en el espectáculo, sacrificando la sustancia narrativa.
En definitiva, “Resident Evil: Venganza” es una película entretenida para los fanáticos del género, pero que no ofrece nada particularmente nuevo o significativo. Es un producto comercial que se beneficia de la popularidad de la saga, pero que, a la larga, no deja una impresión duradera. Es un paseo rápido por escenarios reconocibles, con mucho susto y mucha acción, pero con una historia que, en realidad, se queda en la superficie.
Nota: 6/10