Reto al diablo (1988)

“Reto al diablo” (Devil’s Due) no es una obra maestra de terror, ni tampoco una experiencia fácilmente olvidable. Es, en esencia, una película que se sitúa en la zona gris del horror, un ejercicio de suspense psicológico que, a pesar de sus evidentes influencias, logra generar cierta tensión y un inquietante ambiente. Dirigida por Keith Urban, con un presupuesto modesto pero una atmósfera palpable, la película se centra en la perturbadora historia del Padre Michael, un sacerdote que, atormentado por visiones y convencido de su propia santidad, se encuentra en medio de una espiral descendente en una iglesia abandonada de Nueva Orleans. La muerte violenta de sus predecesores, dos sacerdotes asesinados brutalmente, ha desatado una presencia maligna y el Padre Michael debe enfrentarse a ella, no solo con su fe, sino también con sus propios miedos y dudas.

Lo más destacable de la película reside en la atmósfera que logra crear. Nueva Orleans, con su historia sombría y su rica tradición vudú, proporciona el telón de fondo perfecto para esta historia de horror. La fotografía es, en general, excelente, empleando una paleta de colores apagados y contrastes oscuros que evocan un sentimiento de abandono y decadencia. La banda sonora, aunque no particularmente original, complementa la atmósfera de suspense y contribuye a la sensación de que algo siniestro acecha en cada esquina. Sin embargo, a veces el uso excesivo de música de suspenso parece forzado, intentando mantener la tensión donde a veces no está justificada.

Las actuaciones son sólidas, especialmente la del actor principal, Matt Ryan Stevens, quien personifica al Padre Michael con una vulnerabilidad y un temor palpable. Su interpretación es la clave para conectar emocionalmente con la historia. Otros actores secundarios, aunque con roles más limitados, cumplen su cometido. Dicho esto, el guion, aunque no presenta giros argumentales particularmente sorprendentes, se basa en tropos del género que ya han sido explorados en el pasado. La historia se desarrolla a un ritmo lento y deliberado, lo que puede resultar frustrante para aquellos que buscan acción inmediata. El guion se centra más en el desarrollo psicológico del personaje principal y en la construcción de la atmósfera de terror que en la presentación de una amenaza tangible. En ocasiones, las motivaciones de los personajes y la lógica de los eventos se sienten un poco flojas, dando lugar a ciertas incongruencias que resta valor a la experiencia.

En resumen, “Reto al diablo” es una película que, más que ofrecer sustos repentinos, busca generar una sensación de inquietud y malestar. Es un ejercicio de terror psicológico que, aunque no es perfecta, es interesante y, en algunos momentos, logra ser efectiva. La dirección es competente y las actuaciones son sólidas, pero el guion, con sus debilidades, no alcanza la excelencia. Es una película que se dejará en la memoria por su atmósfera oscura y perturbadora, y por la interpretación del protagonista. No es una joya del género, pero tampoco es un fracaso.

Nota: 6/10