Return of Bastard Swordsman (1984)

“Return of Bastard Swordsman” no es simplemente una secuela; es una declaración de intenciones, una apuesta audaz por la grandilocuencia que demuestra la audacia creativa de Lu Chun-ku y su firme compromiso con el género de acción kung-fu. Después del éxito de la primera entrega, la película se adentra en un territorio aún más extremo, elevando la acción, el diseño visual y la sensación de espectáculo a niveles prácticamente inauditos para la época.

La dirección de Lu Chun-ku es, sin duda, el corazón palpitante de la película. Se libera de la contención del original, permitiendo un flujo de acción desenfrenado, casi delirante, con secuencias de combate que desafían las leyes de la física y la lógica narrativa. No se busca la naturalidad; se busca la asombrosa, la visualmente impactante. Cada pelea es un despliegue de técnica, de coreografía impecable y de un uso magistral de los efectos especiales, a menudo rudimentarios, pero empleados con una imaginación desbordante. Particularmente memorable es la transformación de Lo Lieh, que, lejos de ser una mera mejora visual, se convierte en un arquetipo de agilidad y letalidad, un "araña" de la espada que encarna la esencia del personaje.

Las actuaciones son, en general, sólidas, aunque el enfoque está primariamente en la coreografía y la acción. Chiang Tao ofrece una presencia imponente como el antagonista, demostrando una fuerza y una intensidad que contrasta con la elegancia de Lo Lieh. Elvis Tsui Kam-Kong, como siempre, aporta una mezcla de astucia, humor y peligro al papel de un ninja, complementando perfectamente la dinámica del dúo protagonista. No obstante, a pesar del talento de los actores, el guion, si bien funcional para impulsar la acción, se presta a ser a veces excesivamente simple y predecible, recurriendo a clichés del género. Las subtramas, aunque añaden una capa de complejidad, no llegan a profundizar lo suficiente y a veces parecen desprendidas de la trama principal.

Sin embargo, estos pequeños defectos palidecen ante la atmósfera vibrante y la exuberancia visual que impregna la película. Los escenarios, los trajes, el maquillaje, los efectos especiales – incluyendo el uso creativo de humo y luces – crean un mundo de fantasía oriental increíblemente rico y detallado. La película se nutre de la mitología de los ninjas, de las artes marciales y de la magia, fusionándolos en una experiencia cinematográfica que, aunque a veces sacrifica la profundidad en favor de la espectacularidad, es, en última instancia, un triunfo del cine de acción de bajo presupuesto. “Return of Bastard Swordsman” es un hito para los aficionados al género, una película que merece ser vista y apreciada por su audacia, su energía y su capacidad para transportarnos a un mundo de fantasía y aventura.

Nota: 7.5/10