Riddick (2013)

“Riddick” (2012) no es la joya que algunos esperaban, pero tampoco es la debacle que muchos predijeron. Es, en esencia, un ejercicio brutal de supervivencia cinematográfica, una declaración de intenciones visceral que, aunque imperfecta, logra construir un universo propio y un protagonista memorable, aunque polarizante. La película, dirigida por Anthony Mann y dirigida de manera efectiva por seguida por Gedde Watanabe y Pieter Sauer, se aleja, considerablemente, del tono oscuro y atmosférico de “Pitch Black”, apostando por un enfoque más orientado a la acción y el espectáculo. Esto no es necesariamente malo, pero sí implica un cambio drástico en la dirección, que a veces se siente desconectada de las raíces originales de Riddick.

Dave Bautista, en su papel de Fal Corvo, se erige como un contrapunto sorprendente a la figura solitaria y taciturna de Riddick. Su personaje, un cazarrecompensas curtido y con un pasado turbio, aporta una dinámica interesante al protagonista, creando un juego de poder y tensión constante. Bautista, además, entrega una interpretación física muy sólida, demostrando una gran capacidad física y una expresividad que contrasta con la inexpresividad habitual de Riddick. Sin embargo, la relación entre ambos personajes, aunque prometedora, no llega a desarrollarse plenamente. El guion, aunque conciso y directo, sacrifica profundidad en favor de la acción, lo que resulta en diálogos a veces torpes y situaciones poco convincentes.

Gary Oldman, como Riddick, regresa a un personaje que había dejado en pausa. El actor logra transmitir la feralidad y el peligro inherente al protagonista, aunque su interpretación a menudo se adhiere a un estilo visual predecible y un comportamiento poco evolucionado a lo largo de la película. El uso de efectos visuales es, en general, impecable, especialmente en las escenas de acción y las persecuciones en el planeta Kyra. La coreografía de las escenas de lucha es brutal y convincente, con un enfoque en la brutalidad física y la supervivencia. El diseño de producción, incluyendo los paisajes alienígenas y los diseños de los monstruos, es sumamente efectivo, creando un mundo creíble y amenazante.

No obstante, la película se complica con una trama que, en su núcleo, es bastante simple. La amenaza de los “Visors”, criaturas alienígenas con una obsesión por la captura de Riddick, sirve como catalizador para la supervivencia del protagonista, pero carece de una justificación lógica y de un desarrollo narrativo sólido. El clímax, aunque visualmente impactante, se siente algo apresurado y carente de resolución. La película se centra principalmente en la acción y la supervivencia, sacrificando, en última instancia, la construcción de un mundo más rico y la exploración de los dilemas morales del personaje. Riddick se convierte en una leyenda, un mito, en lugar de un ser humano, y esa transformación, aunque comprensible, resta algo de empatía al personaje.

Nota: 6.5/10