Rififi (1955)

“Rififi” (1955), dirigida con una precisión quirúrgica por Jules Dassin, no es simplemente un thriller de atracos; es una experiencia cinematográfica que se instala en la mente y permanece con una fuerza sorprendente mucho después de que los créditos finales hayan pasado. La película, lejos de glorificar la violencia, la utiliza como herramienta narrativa para explorar temas de traición, ambición y el precio de la autodestrucción.

La dirección de Dassin es, en esencia, lo que define la película. Su manejo de la cámara es exquisito, operando con un estilo casi documental que construye una tensión palpable. Las largas tomas, el uso magistral del contraluz, las perspectivas inusuales y la iluminación sombría crean una atmósfera de incertidumbre constante. La famosa escena del robo, sin duda, es un ejemplo perfecto de esta maestría. No hay explosiones ni persecuciones desenfrenadas; solo la paciencia y la meticulosa planificación de los personajes, filmada con una deliberación que hace que cada movimiento, cada susurro, parezca crucial. Es una prueba de que la tensión puede ser más efectiva cuando se construye con sutileza y una perfecta ejecución técnica.

La actuación de Jean-Louis Trintignant como Michel Delmotte, el tranquilo y reflexivo líder del equipo, es absolutamente icónica. No es un héroe tradicional, sino un hombre atormentado por sus errores del pasado, que se ve arrastrado de nuevo a un mundo que ha intentado olvidar. Su mirada, llena de melancolía y arrepentimiento, transmite un profundo sentimiento de resignación. Sin embargo, Maurice Campell es el verdadero corazón de la película, ofreciendo una interpretación de Antoine, el ex-soldado que se une al grupo de atracadores, que es al mismo tiempo vulnerable y brutal. La química entre los dos actores es impecable, generando una dinámica de personajes que es a la vez fascinante y perturbadora.

El guion, adaptado de la novela de Pierre Noé, es brillante. Se centra en la planificación y la ejecución del robo, pero va más allá de la simple descripción de un crimen. La película se pregunta sobre la naturaleza de la ambición, la amistad y la lealtad. La obsesión de los personajes con la planificación, con el detalle, revela una fascinación con el control, pero también con el fracaso inevitable que acecha en la búsqueda de la perfección. La revelación final, la muerte de Antoine, es un golpe devastador que subraya la brutalidad de la vida que han elegido. No se trata de un mero relato criminal, sino de una meditación sobre las consecuencias de las decisiones, incluso aquellas tomadas con la mejor de las intenciones.

“Rififi” es un clásico que merece su lugar en la historia del cine. Es una película que te dejará con una sensación de inquietud, una reflexión sobre la condición humana y una admiración por el talento de sus creadores. Un logro cinematográfico atemporal.

Nota: 9/10