R.I.P.D. Departamento de policía mortal (2013)

“R.I.P.D. Departamento de Policía Mortal” no es, con toda probabilidad, una joya cinematográfica, pero tampoco es un completo desastre. Esta película de acción del 2013, dirigida por Mark Foster y Rob Cullen, se presenta como una mezcla poco inspirada de “Blade” y “La Edad de Hielo”, y resulta un ejercicio de entretenimiento funcional, si no que se lo digan con cuidado. La premisa, un policía muerto que se une a otro espectro para luchar contra demonios, es inherentemente interesante, pero el guion se muestra sorprendentemente torpe y repleto de clichés del género de fantasía policial.

La dirección intenta dar un toque de espectáculo visual con persecuciones en alta velocidad y efectos especiales que, en su momento, podrían haber resultado decentes. Sin embargo, la ejecución carece de pulido y la acción se siente a menudo forzada y carente de tensión real. La película se basa mucho en el humor, y aunque algunas situaciones son cómicas, el tono general es inconsistente, alternando momentos de seriedad forzada con gags que no logran conectar realmente con el espectador. La banda sonora, omnipresente y bombástica, intenta elevar el ambiente, pero termina siendo más molesta que efectiva.

Ryan Reynolds y Kevin Bacon, como Nick Walker y Roy Zimmerman respectivamente, ofrecen interpretaciones que, aunque no estén a su nivel más habitual, cumplen su cometido. Reynolds entrega su habitual dosis de humor sarcástico, lo que le sienta bien al personaje, mientras que Bacon aporta una dignidad melancólica al espectro veterano. La química entre los dos actores es entretenida, pero la trama los obliga a desenvolverse en situaciones tan absurdas que dificulta el desarrollo de una conexión emocional significativa. La interpretación de Walton Goggins como el demonio principal, Bartholomew, es notablemente carismática, ofreciendo el único momento de genuina amenaza dentro de la película.

Lo que realmente pesa sobre “R.I.P.D.” es la falta de originalidad y profundidad. El guion se aferra a fórmulas probadas sin aportar nada nuevo al género. Los temas de la pérdida, el duelo y la redención son tratados superficialmente, y la trama se complica con demasiados giros y subtramas innecesarias. La película carece de una visión clara de su mundo y, aunque se intuye la idea de una estructura jerárquica dentro del “Rest In Peace Department”, ésta nunca se explora en profundidad, dejando la sensación de un universo limitado y desapasionado. En resumen, una propuesta olvidable que, a pesar de sus intentos por ser entretenida, no logra destacar.

Nota: 5/10