Robin de los bosques (1938)

“Robin Hood” (2010) es una película que, a pesar de sus evidentes influencias y cierta nostalgia por la estética clásica de la leyenda, logra imprimirle una frescura interesante a la historia del otrora caballero errante. La película, dirigida por Richard Donner, no busca reinventar la rueda, sino, más bien, ofrecer una versión familiar e accesible de la leyenda, atesorando el espíritu de aventura y justicia que la define. En este sentido, es un producto bastante exitoso, aunque no está exento de ciertas debilidades.

Donner, conocido por su maestría en el género de aventura, demuestra un dominio absoluto del ritmo y la puesta en escena. Cada toma está cuidadosamente construida, buscando la espectacularidad sin caer en la ostentación. Las escenas de batalla son dinámicas y bien coreografiadas, mientras que las persecuciones a caballo son palpablemente emocionantes y llenas de virtuosismo. La película se beneficia enormemente de la fotografía, que evoca un Londres medieval opulento y la verde, vibrante Sherwood como un refugio de libertad. La dirección artística, tanto en el vestuario como en los decorados, es impecable, creando una atmósfera rica y auténtica que transporta al espectador a la época.

La película cuenta con un elenco comprometido, con Russel Crowe como Robin de Locksey demostrando una madurez y complejidad que se alejan del arquetipo del héroe musculoso y sin emociones. Crowe interpreta a un hombre atormentado por sus experiencias en la guerra, que encuentra en la lucha contra la tiranía una nueva vocación y un propósito. Maev Nicholson, como Marian, ofrece una interpretación sutil y decidida, representando la inteligencia y la fuerza de voluntad que la hacen una aliada valiosa para Robin. Aunque las actuaciones de los personajes secundarios no alcanzan la misma intensidad, cumplen su cometido y contribuyen al dinamismo de la trama.

Sin embargo, el guion, aunque sólido en su estructura narrativa, presenta algunas fallas. Si bien la historia es clara y el ritmo es constante, la profundidad de los personajes se limita en ocasiones. La trama se centra principalmente en la acción y la aventura, dejando poco espacio para la exploración de temas más complejos, como la corrupción política o las consecuencias de la guerra. El conflicto entre Robin y Juan sin Tierra, aunque bien ejecutado en términos de acción, carece a veces de la densidad dramática que podría haberle dado mayor resonancia. Además, algunos diálogos son un poco torpes y predecibles, lo que resta un poco de frescura a la película.

En definitiva, “Robin Hood” (2010) es una película entretenida y visualmente atractiva, que cumple con las expectativas de un público que busca un buen espectáculo de aventuras. Aunque el guion presenta algunas limitaciones, la dirección de Donner, las actuaciones sólidas y la belleza de la imagen logran convertirla en una película disfrutable, especialmente para los amantes de los clásicos del género. Es un homenaje al espíritu de la leyenda, adaptado a un público moderno sin perder la esencia de la aventura y la justicia.

Nota: 7/10