“Rock Dog 2: Renace Una Estrella” es una secuela que, aunque anhelando la audacia y el espíritu libre de la primera entrega, se pierde en un mar de clichés y un ritmo desigual. La película, firmada por Gareth Edwards y Chen Kaigui, intenta expandir el universo musical de Bodi y su banda, llevándolos de vuelta a sus orígenes y a la realeza musical de la familia de Bodi. Sin embargo, la apuesta por el melodrama familiar y los elementos de comedia palomitera estropean considerablemente la fuerza narrativa que definía la película original.
La dirección de Edwards, conocido por su trabajo en “Rojo” y “Godzilla”, se percibe más orientada a la producción visual que a la construcción de una historia sólida. La animación, impecable como siempre, es un punto fuerte innegable. Los escenarios, desde las bulliciosas calles de Shanghái hasta las montañas nevadas de la nieve de Langzong, están ricamente detallados y vibrantes, ofreciendo una inmersión visual que compensa, en parte, las carencias narrativas. La banda sonora, nuevamente, es sobresaliente, impregnada de influencias tradicionales chinas y de un pop moderno vibrante que refleja la evolución musical de Bodi. Edwards, a pesar de la distancia de la dirección comparada con su anterior trabajo, consigue mantener un estilo visual distintivo, pero quizás ha perdido parte de su enfoque minimalista a favor de una estética más grandilocuente y a veces, innecesariamente ostentosa.
Las actuaciones vocales, lideradas por Ed Harris como el excéntrico y atormentado pianista, son convincentes. Harris aporta una capa de melancolía y vulnerabilidad al personaje, elevando las escenas en las que interactúa con Bodi. Jackson Yee, como Bodi, logra mantener la energía y la determinación del personaje original, aunque a veces le falta profundidad emocional. El resto del reparto, incluyendo a Li Yitong como Lil 'Foxy, proporciona un soporte adecuado, pero ninguno logra destacar con mayor relevancia. Sin embargo, el guion es el principal problema de la película. La trama se siente desordenada y llena de subtramas que no conectan adecuadamente. Las motivaciones de los personajes a menudo son poco claras, y el ritmo es irregular, alternando momentos de acción y comedia con escenas sentimentales que, en general, no logran generar la emoción deseada. Se recurre demasiado a la comedia de situaciones, que, aunque entretenida en algunos momentos, diluye el impacto de los temas más serios que la película intenta abordar, como la identidad, la pérdida y la importancia de las raíces.
A pesar de sus defectos, “Rock Dog 2: Renace Una Estrella” ofrece un espectáculo visualmente atractivo y una banda sonora memorable. La película es un intento valiente de explorar temas más profundos, pero termina siendo una experiencia superficial y a veces decepcionante. Podría haber sido una secuela que honrara y expandiera la visión original, pero en su lugar, se convierte en un recordatorio de que la ambición, por sí sola, no garantiza el éxito. Se siente como una película que se esfuerza por ser más de lo que realmente es.
Nota: 6/10