Rojo (2018)

“Rojo” (2022) es una película que se ancla en el terror psicológico y la atmósfera opresiva, ofreciendo una experiencia inquietante que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos. La cinta, dirigida por Cristian Cuenco, no depende de sustos fáciles ni gore para generar impacto, sino que construye un ambiente de creciente paranoia a través de un guion sutil pero efectivo y una dirección que sabe jugar con la percepción del espectador.

La película se centra en Claudio, interpretado con una intensidad palpable por Sergio Pascual, un abogado con un pasado turbio y un presente amenazante. Pascual construye un personaje complejo, vulnerable y, a la vez, capaz de actos de violencia que hacen difícil juzgarlo. Su actuación es la columna vertebral de la narrativa, transmitiendo el temor, la confusión y el miedo que experimenta Claudio a medida que las sombras del pasado amenazan con consumirlo. La mujer de Claudio, Susana, vivida por Lucía Pujante, se convierte en el contrapunto emocional, representando la normalidad y la desesperación al ver a su marido desmoronándose bajo la presión de un pasado que no parece querer dejar morir.

La dirección de Cristian Cuenco es magistral. La película se desarrolla casi exclusivamente en espacios cerrados, lo que intensifica la sensación de claustrofobia y aislamiento. Los planos son largos y deliberados, permitiendo que la cámara observe a los personajes, capturando sus microexpresiones y la tensión invisible que los rodea. El uso de la luz y la sombra es especialmente efectivo, creando un ambiente sombrío y melancólico que refleja la decadencia moral de los personajes y el peso de los secretos. Cuenco no se limita a mostrar la violencia; la sugiere, la insinúa, dejando que el espectador la imagine, lo que resulta mucho más perturbador.

El guion, coescrito por Cuenco y Mateo Moraleda, es sólido y bien construido, aunque en algunos momentos podría haberse beneficiado de un ritmo más dinámico. La trama, aunque relativamente sencilla, está llena de giros inesperados y revela, poco a poco, la oscura historia que ha conducido a la confrontación final. La película aborda temas como la venganza, el abuso de poder, la culpa y el peso del pasado, ofreciendo una reflexión sobre las consecuencias de nuestros actos y la dificultad de escapar de nuestro destino. La construcción de la trama, lenta pero meticulosa, permite una inmersión total en el mundo opresivo de la película.

En definitiva, “Rojo” es una película que, más que un thriller, es una experiencia visceral. No busca entretener con violencia gratuita, sino que busca perturbar el espectador, forzándolo a cuestionarse la naturaleza de la justicia, la moral y la capacidad humana para el mal. Es una película que se queda contigo, que te hace reflexionar sobre las cicatrices que portamos y el precio que pagamos por nuestros errores. Es un ejemplo de cómo el horror psicológico puede ser mucho más efectivo que el jumpscare.

Nota: 8/10