Romeo y Julieta (1968)

La adaptación de "Romeo y Julieta" de Luhrmann es, sin duda, una experiencia cinematográfica visceral que, lejos de ofrecer una interpretación tradicional, se adentra en la oscuridad y el melodrama con una audaz y a menudo confusa intensidad. La película no es una simple recreación de la obra shakesperiana, sino una reinterpretación radical, que busca evocar el terror y la pasión de la tragedia desde la perspectiva de un melodrama gótico moderno. Desde el inicio, la atmósfera es opresiva, densa, saturada de colores intensos, sombras profundas y una banda sonora hipnótica que te arrastra a un Verona donde el odio y el deseo se entrelazan de forma inquietante.

Luhrmann abandona las convenciones de la puesta en escena clásica, optando por un estilo visual que recuerda a las películas de terror gótico y los cortometrajes surrealistas. La vestimenta es impresionante, rica en detalles y simbolismo, y las escenas de baile son torbellinos de movimiento y color, creando un ambiente de fiesta salvaje y peligro inminente. Sin embargo, esta estética, aunque impactante, a veces se siente un poco sobrecargada, dificultando la inmersión completa en la historia. La dirección de fotografía de Hoyte van Hoytema es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película, logrando un equilibrio entre lo bello y lo perturbador.

Las actuaciones son, en general, excepcionales. Timothée Chalamet y Zendaya transmiten la juventud e inocencia de Romeo y Julieta, capturando la intensidad de sus sentimientos y la fragilidad de sus corazones. Chalamet ofrece una interpretación particularmente conmovedora, mostrando la confusión y el dolor de un joven que se debate entre el amor y el deber. Zendaya, por su parte, es una Julieta fuerte e independiente, que desafía las expectativas de su familia y lucha por su propio destino. Oscar Isaac como el señor Capuleto y Stellan Skarsgård como el señor Montesco ofrecen interpretaciones machistas y retorcidas, representando el poder destructivo del odio y la venganza. Especialmente destacable es la actuación de Damian Lewis como el médico, cuya interpretación es sombría y llena de presagios.

El guion, adaptado de Shakespeare, es, en ocasiones, demasiado libre y se aleja considerablemente del texto original. Si bien Luhrmann busca amplificar el lado oscuro y el melodrama de la historia, a veces sacrifica la profundidad y el matiz de los personajes. Algunos diálogos son torpes y la estructura narrativa, aunque en ocasiones innovadora, puede resultar confusa para el espectador no familiarizado con la obra. Se intenta dar más peso al amor prohibido y la desesperación, pero a veces se pierde el equilibrio entre la pasión y la tragedia. Sin embargo, la película logra transmitir la sensación de un amor incondicional y una lucha desesperada contra un destino implacable.

En definitiva, "Romeo y Julieta" de Luhrmann es una película visualmente deslumbrante, con actuaciones memorables y una atmósfera opresiva e inquietante. Aunque su estilo audaz y su guion a veces pueden resultar divisivos, la película logra capturar la esencia de la tragedia shakesperiana y ofrece una experiencia cinematográfica única y provocadora. No es una película fácil de ver, pero es indudablemente una película que te quedará en la memoria.

Nota: 8/10