Romper el círculo (2024)

“Romper el Círculo” (Breaking Circle) no es una película que te impacta de manera inmediata, pero sí que te va resonando lentamente en la memoria como una melodía melancólica. Dirigida por la talentosa Claire Denis, esta película francesa se erige como una reflexión introspectiva y, a veces, incómoda sobre la persistencia de los patrones destructivos en las relaciones. La historia nos presenta a Eva, interpretada magistralmente por Léa Seydoux, una mujer que busca romper con un pasado marcado por la violencia y el control. Tras la muerte de su padre, Eva se traslada a Boston, intentando construir una nueva vida y encontrar un nuevo amor, donde se cruza con el atractivo y el profesionalismo de Liam, un joven neurocirujano interpretado con una sutileza excepcional por Paul Mescal.

Denis consigue, con su habitual delicadeza visual y su ritmo pausado, establecer una atmósfera de tensión palpable a lo largo de la película. El film no se basa en los clichés del drama romántico. En lugar de un romance explosivo y lleno de sentimentalismo, nos presenta una relación basada en la incomodidad, en el constante cuestionamiento de las intenciones y en la innegable atracción que, sin embargo, parece condenada al fracaso. La película, en este sentido, es mucho más que una simple historia de amor; es una exploración de la psique humana, de la dificultad para escapar de los traumas del pasado y de la tendencia a repetir los mismos errores.

La dirección de arte, cuidada al detalle, y la fotografía de Éric Solopov contribuyen enormemente a la creación del universo visual de la película. Los espacios, sombríos y claustrofóbicos, reflejan el estado emocional de Eva y la sensación de encierro en la que se encuentra. La paleta de colores es predominantemente fría y apagada, reforzando la atmósfera de melancolía y desasosiego. La actuación de Seydoux es, sin duda, la joya de la corona. Su interpretación es sutil, matizada y llena de vulnerabilidad. Logra transmitir la complejidad de Eva, su dolor, su miedo y su esperanza con una honestidad brutal. Mescal, por su parte, ofrece un retrato de un joven médico que, a pesar del magnetismo que irradia, oculta una profunda fragilidad.

No obstante, la película no está exenta de ciertas imperfecciones. El ritmo lento, aunque efectivo para crear la atmósfera deseada, podría resultar tedioso para algunos espectadores. Además, el guion, aunque inteligente y provocador, a veces se adentra demasiado en la ambigüedad, dejando algunas preguntas sin respuesta y sugiriendo, más que revelando. Sin embargo, estas pequeñas debilidades palidecen frente a la fuerza de la dirección y la profundidad emocional de las actuaciones. "Romper el Círculo" no es un entretenimiento ligero, sino una experiencia cinematográfica que invita a la reflexión y que, con el tiempo, te dejará con un sabor amargo pero innegablemente interesante.

Nota: 7/10