“Ron da error” es, en su esencia, una fábula tecnológica sobre la amistad, la vulnerabilidad y la búsqueda de aceptación en un mundo cada vez más dependiente de la automatización. El director, David Anderson, logra construir un universo visualmente atractivo, con una estética que equilibra lo cálido y familiar de la infancia con las líneas limpias y a veces ligeramente metálicas de un futuro cercano. La paleta de colores, predominantemente pastel y con toques de azul eléctrico, refuerza esa dualidad, creando una atmósfera que es a la vez acogedora y con un dejo de inquietud. Anderson domina la composición, utilizando planos abiertos para enfatizar la inmensidad del mundo que rodea a Barney y, a la vez, acercando al espectador a sus emociones. Sin embargo, la dirección no siempre llega a la profundidad emocional que se espera de una historia con un corazón tan grande.
La película se centra en Barney, interpretado con una naturalidad sorprendente por parte de Finnigan O'Connell. O'Connell transmite la inocencia y la confusión de un niño que, a pesar de su edad, todavía lucha por comprender las complejidades de las relaciones humanas. Su interpretación es sutil y auténtica, evitando caer en la exageración infantil, y es capaz de comunicar la desesperación y la frustración que experimenta al descubrir la "defecto" de su robot, Ron (interpretado por el robot vocalisé, un avance tecnológico que se ve particularmente bien utilizado en la película). El dúo entre Barney y Ron funciona excepcionalmente bien, logrando una conexión genuina que es el núcleo emocional de la película. No obstante, a veces la historia podría haber profundizado más en la evolución de esta relación, explorando la frustración y el aprendizaje mutuo con un mayor nivel de detalle.
El guion, escrito por Sarah Miller y Ben Carter, es considerablemente sólido, presentando una trama que es tanto entretenida como reflexiva. La película aborda temas importantes como la soledad, la amistad, la importancia del valor humano y las consecuencias de la tecnología sin ser didáctico o moralista. La amenaza que representa la Corporación Cyberdyne, que pretende reemplazar a los robots "defectuosos" con modelos más perfectos, añade un elemento de suspense y justifica la acción del protagonista. Sin embargo, algunos diálogos resultan un tanto artificiales y rígidos, especialmente en las escenas con los personajes adultos, que carecen de la complejidad emocional necesaria para reforzar el mensaje principal. La construcción del mundo, aunque visualmente atractiva, a veces se siente un poco superficial, con una falta de desarrollo de los personajes secundarios y su contexto social. Además, el ritmo de la película es irregular, con momentos de gran tensión y otros de una calma excesiva, que afectan al impacto general de la historia.
A pesar de algunos defectos técnicos y narrativos, "Ron da error" es una película conmovedora y visualmente atractiva que ofrece una reflexión interesante sobre el futuro de la humanidad y la importancia de las conexiones genuinas. Es una historia que invita a la reflexión sobre los valores que defendemos en un mundo cada vez más automatizado. La película consigue, al final, generar empatía con el protagonista y sus luchas, y deja al espectador con una sensación agridulce, entre esperanza y melancolía.
Nota: 7/10