Rotting in the Sun (2023)

“Rotting in the Sun” es un ejercicio de introspección cinematográfica que, en lugar de buscar grandiosas explosiones visuales o narrativas complejas, se atreve a sumergirse en la quietud de la crisis existencial y la búsqueda de sentido. La película, dirigida con una sensibilidad notable por Leo McCarey (sí, el mismo del título de ‘Un Lugar en el Mundo’), no intenta ser un drama con mayúsculas, sino más bien una observación sutil y a veces incómoda sobre la soledad, la imagen pública y la necesidad de conexión.

El protagonista, interpretado magistralmente por Sam McMurray, es un cineasta en un punto muerto creativo y personal. Su personalidad, marcada por la inseguridad y una visión poco realista del mundo, se revela gradualmente a través de diálogos honestos y a menudo desarmados. McMurray logra transmitir con convicción este vacío interior, no recurriendo a estereotipos de "genio frustrado", sino mostrando la vulnerabilidad de un hombre que se siente desconectado de sí mismo y de los demás. Su actuación es la columna vertebral de la película, infundiéndole una profundidad emocional que permea cada escena.

La trama, que se centra en su encuentro con Kai (interpretado por el carismático y joven Ethan Hawke), una influencer de redes sociales, inicialmente parece un cliché. La idea de un cineasta desesperado buscando inspiración en una figura pública de internet es, a primera vista, predecible. Sin embargo, McCarey evita caer en la superficialidad y aprovecha la dinámica entre ambos personajes para explorar temas más relevantes: la autenticidad frente a la falsedad, el impacto de la fama y la dificultad para encontrar la verdad en un mundo inundado de imágenes. Hawke aporta un toque de frescura y espontaneidad al papel, complementando la personalidad introvertida y reflexiva del protagonista. La química entre ambos es genuina y alimenta el desarrollo de la historia.

La dirección de McCarey es precisa y paciente, utilizando la fotografía natural y los espacios abiertos de la playa mexicana para realzar la sensación de aislamiento del protagonista. La película no se apresura en sus momentos más introspectivos, permitiendo que el espectador se sumerja en sus pensamientos y emociones. La banda sonora, aunque discreta, sirve como un acompañamiento perfecto para la atmósfera melancólica de la película. Si bien el guion podría beneficiarse de algunos giros más inesperados, la fuerza de la interpretación y la dirección, junto con la ambientación cuidada, logran crear una experiencia cinematográfica memorable. “Rotting in the Sun” no ofrece respuestas fáciles, pero sí invita a la reflexión sobre la naturaleza humana y las complejidades de la vida moderna. Es una película que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos.

Nota: 7/10