“Rule Breakers” es una película que llega con la ambición de plantear preguntas incómodas sobre la libertad, la educación y la resistencia frente a la opresión. Si bien el tema es lo suficientemente relevante como para generar interés y provocar reflexión, la ejecución, aunque con momentos brillantes, no alcanza un impacto total. La película nos sitúa en un país ficticio, notablemente parecido a algunas naciones con regímenes restrictivos, donde la educación femenina es criminalizada y silenciada. Nos encontramos con una líder joven, interpretada con convicción por Nikohl Boosheri, que, con una audaz iniciativa educativa, logra despertar un fervor y una esperanza que irradian a un colectivo de jóvenes desilusionados.
La dirección de Joshua French es en ocasiones efectiva, logrando capturar la atmósfera de tensión y peligro que rodea la historia. Hay escenas particularmente potentes que se centran en la vulnerabilidad de los protagonistas y en el miedo que palpitan en los ojos de las personas que se ven afectadas por su movimiento. Sin embargo, el ritmo de la película es desigual. A veces, se dilata demasiado en descripciones que podrían haberse condensado, perdiendo así el impulso dramático. La fotografía, aunque cuidada, se limita a reproducir un ambiente opresivo sin aportar mayor profundidad simbólica o emocional.
El elenco, en general, cumple con las expectativas. Ali Fazal ofrece una interpretación sólida, mostrando la evolución de un joven que se debate entre el miedo y la convicción. Sami Fekkak, como uno de los colaboradores más cercanos a la protagonista, aporta momentos de genuina ternura y amistad. Sin embargo, la película no profundiza lo suficiente en las motivaciones individuales de los personajes, relegando a menudo la exploración psicológica a un segundo plano. Christopher Goh, en un papel que se le presta poca atención, ofrece una actuación discreta pero con un brillo particular.
El guion es, sin duda, el punto más débil de la película. Si bien la premisa es intrigante y la idea central es noble, la narrativa se siente a veces forzada y carente de sutileza. Los diálogos, en algunos momentos, son artificiales y directos, sacrificando la complejidad y el matiz. La película no explora en detalle las consecuencias del enfrentamiento con el régimen, limitándose a mostrar escenas de persecución y resistencia, lo que resulta en un desenlace algo apresurado y con una sensación de inconclusividad. La película presenta una denuncia poderosa, pero el tratamiento de los detalles esenciales, como la forma en que se implementa la iniciativa educativa o el impacto en la comunidad, es superficial. La banda sonora, aunque presente, no aporta un valor significativo a la experiencia cinematográfica.
En definitiva, “Rule Breakers” es una película con un mensaje importante que merece ser vista, pero que se queda corta en su ejecución. Es una película que invita a la reflexión, pero que no logra trascender el nivel de la simple denuncia para alcanzar una profundidad emocional y narrativa mayor.
Nota: 6/10