Runaway: Brigada especial (1984)

“Runaway: Brigada Especial” es, sin duda alguna, una película que se ubica en la franja de entretenimiento de acción directa, consciente de sus limitaciones y con una clara intención: ofrecer un espectáculo visualmente atractivo y, sobre todo, un despliegue de explosiones y persecuciones robóticas. La película, a pesar de su ambientación futurista, no se complica con profundidades narrativas o reflexiones filosóficas; se concentra en la adrenalina y en la satisfacción de ver a robots descontrolados arrasando con todo a su paso.

La dirección de acción de Stephen Allegreto es competente, aunque a veces se permite excesos. Las secuencias de persecución, especialmente aquellas donde Jack Ramsey (Tom Selleck) y Karen Thompson (Cynthia Rhodes) intentan dominar a los robots rebeldes, son dinámicas y emocionantes. Sin embargo, a menudo se recurre a efectos especiales ostentosos y a planos exagerados que, en lugar de intensificar la tensión, resultan un poco artificiosos. La banda sonora, aunque efectiva en algunos momentos, también se siente un tanto predecible y recurrente, contribuyendo a la sensación de que se ha buscado un camino fácil y preestablecido para generar impacto.

Tom Selleck, con su característica presencia y su habilidad para interpretar roles de héroes curtidos, ofrece una actuación sólida pero, como suele ocurrir con este tipo de películas, le queda un margen limitado de interpretación. Cynthia Rhodes, por otro lado, se limita a cumplir su función de acompañante y compañera de equipo, aunque su química con Selleck es notable. No esperemos actuaciones profundas ni matices psicológicos; el enfoque reside en la acción y la dinámica entre los personajes. El antagonista, Charles Luther, interpretado por Richard Lynch, resulta algo plano y unidimensional, relegado a ser un villano caricaturesco y sin demasiado desarrollo.

El guion es, lamentablemente, el punto más débil de la película. Se apoya en clichés del género, utilizando una trama predecible y llena de giros argumentales fáciles. Las motivaciones de los personajes, incluso del científico villano, son poco convincentes, y la construcción del mundo futurista es superficial. La película se siente como un ejercicio de estilo, un intento de emular las películas de acción de los 80, pero sin aportar nada de originalidad ni profundidad. La exploración de la relación entre el hombre y la máquina, un tema potencialmente interesante, se reduce a una simple lucha entre el bien y el mal, sin profundizar en las implicaciones éticas o sociales del avance tecnológico. La tensión se mantiene durante un tiempo, pero termina desvaneciéndose en un clímax explosivo y poco satisfactorio. En definitiva, una película entretenida pero olvidable, que ofrece un espectáculo visual sin aportar nada que merezca la pena recordar.

Nota: 5/10