“Saaho” es, en esencia, una bomba estilística que explota con una fuerza considerable, pero que deja un residuo de decepción. La película, un thriller de acción neo-noir ambientado en la vibrante ciudad ficticia de Mumbai, India, se presenta como una ambiciosa apuesta por el género de acción a gran escala, imbuida de elementos de ciencia ficción y un presupuesto que justifica su extensión. Sin embargo, tras la espectacularidad inicial, la película se revela como un ensamblaje de ideas brillantes y ejecución torpe.
La dirección de su creador, Sujeeth Reddy, demuestra un dominio evidente en la creación de imágenes impactantes. Las secuencias de acción son, en su mayoría, impresionantes. Las persecuciones por las bulliciosas calles de Mumbai, los explosivos sincronizados y las coreografías coreografiadas con una audacia admirable contribuyen a crear una experiencia visualmente deslumbrante. Reddy se atreve a romper las convenciones, utilizando técnicas de cámara innovadoras y efectos visuales que, en ciertos momentos, alcanzan un nivel de sofisticación sorprendente. No obstante, esa ambición visual a veces se traduce en un ritmo desigual y en un uso excesivo de CGI que resta naturalidad a algunas escenas.
El reparto ofrece actuaciones que, en general, cumplen con el estándar esperado. Prabhas, como Saaho, irradia carisma y presencia física, y encarna con solidez el papel de un policía implacable y decidido. Sin embargo, su interpretación a menudo se ve limitada por un guion poco inspirado que no le permite profundizar en la complejidad del personaje. Por otro lado, Pooja Jhaveri y Neil Nitin Kamat también ofrecen interpretaciones sólidas, aunque sus personajes carecen de la profundidad necesaria para convertirse en figuras memorables. La química entre los actores es un factor positivo, pero no es suficiente para compensar la debilidad del guion.
El guion es, sin duda, el punto más débil de “Saaho”. La trama, que gira en torno a un conflicto entre el crimen organizado y la policía, es predecible y carece de originalidad. Los diálogos son poco convincentes y los personajes secundarios son meras caricaturas. Además, la película se siente sobrecargada de subtramas y elementos innecesarios, lo que desorienta al espectador y dificulta la conexión con la historia. El trasfondo tecnológico, con referencias a dispositivos avanzados y sistemas de seguridad futuristas, se siente forzado y poco integrado en el contexto general. La premisa, aunque interesante, no se explota al máximo y la resolución del conflicto final resulta poco satisfactoria, un tanto apurada y con una lógica discutible.
En definitiva, “Saaho” es un espectáculo visualmente impresionante que, sin embargo, se desmorona ante la falta de un guion sólido y personajes convincentes. Es una película que promete mucho, pero que no cumple con las expectativas. Se trata de un esfuerzo ambicioso que, en última instancia, resulta ser más estilo que sustancia. Un entretenimiento superficial que, sin duda, recordaremos por su bombardeo visual, pero que no dejará una huella duradera.
Nota: 6/10