Sakra (2023)

“Sakra” es un thriller de acción estilizado y con una atmósfera palpable que, a pesar de no llegar a la excelencia, ofrece una experiencia cinematográfica visualmente interesante y con un protagonista carismático. La película se centra en Jian (interpretado por el siempre convincente Tony Chiu), un artista marcial retirado que se ve repentinamente arrastrado a un torbellino de violencia, sospechas y secretos ocultos tras la muerte de un hombre. La premisa, con la promesa de desentramar un pasado turbulento, es atractiva desde el inicio y la película lo intenta con cierto grado de ingenio.

La dirección de Leo Fong se distingue por su uso innovador de la cámara y su fuerte apuesta por la estética. La película se sumerge en una China contemporánea, un reflejo de la modernidad entre la tradición, que se transmite a través de planos meticulosamente diseñados, movimientos de cámara fluidos y una paleta de colores que oscila entre el neón vibrante de las luces de Hong Kong y los tonos más sombríos de los callejones y almacenes abandonados. Fong no se conforma con la acción convencional; utiliza flashbacks fragmentados, secuencias de lucha coreografiadas con un estilo propio, e incluso elementos visuales que parecen extraídos de un videojuego, contribuyendo a un registro narrativo no lineal y que, a menudo, se siente más como una experiencia inmersiva que una historia lineal. Sin embargo, a veces esta experimentación estilística se siente un poco excesiva, restando claridad a la trama principal.

Tony Chiu ofrece una actuación sólida como Jian. Su personaje es complejo y lleno de matices, un hombre marcado por su pasado y con una profunda carga emocional. Cui lo interpreta con una dignidad silenciosa y una tensión contenida, transmitiendo la desesperación de un hombre que lucha por reconstruir su vida y proteger a sus seres queridos. El resto del elenco secundario, aunque menos desarrollado, cumple con su función, contribuyendo a la atmósfera general de paranoia y peligro. Especialmente destacable es la interpretación de Jackie Chan, quien regresa a sus raíces cómico-de-acción, aportando momentos de alivio y humor negro que contrasta con la seriedad del conflicto central. La química entre Chan y Chiu es palpable, elevando el nivel de algunas escenas clave.

El guion, escrito por el propio Fong, presenta algunas lagunas. La trama, aunque intrigante, se complica en momentos, y la resolución final, si bien satisfactoria, carece de la brillantez que podría haber elevado la película a un nivel superior. Hay puntos en los que la motivación de algunos personajes no queda del todo clara, y la exploración de ciertos temas, como el tráfico de personas y la corrupción en el ámbito policial, se siente superficial. No obstante, la película consigue mantener el interés del espectador gracias a su ritmo sostenido y a su atmósfera de suspense. La película juega con el espectador, invitándolo a cuestionar la realidad, a confiar en los recuerdos y a dudar de la verdad, aunque la exploración de estos temas no alcanza a ser tan profunda como podría haberlo sido.

Nota: 7/10