Salinger (2013)

“Salinger” no es una biografía tradicional, sino más bien una exploración obsesiva y profundamente inquietante del universo interior de J. D. Salinger. La película, dirigida por José Rivera, nos sumerge en el laberinto de su vida, un hombre que pasó décadas escondido de la opinión pública, protegiendo su privacidad con una intensidad casi violenta. La película no ofrece una narrativa lineal; en cambio, se construye como una serie de fragmentos interconectados que intentan, sin éxito total, reconstruir el rompecabezas de un hombre profundamente reservado. Esta estructura puede resultar frustrante para el espectador acostumbrado a una biografía más convencional, pero refleja, paradójicamente, la propia dificultad para penetrar en la mente de Salinger.

La película se centra en la vida de Salinger durante la posguerra y los años 50, cuando se aferraba a una existencia aparentemente vacía, dedicándose a escribir relatos cortos que exploraban la alienación y la incomunicación. La película se abre con un relato inquietante de un encuentro de Salinger con un grupo de jóvenes soldados después de la guerra, y esta escena, aunque breve, establece el tono de la película: un ambiente de desconfianza, de secretos inconfesables, que regresa persistentemente. El guion, adaptado del libro de Marie DePetreski, "Norwegian Wood" (sobre el propio Salinger), se caracteriza por su prosa poética y a veces densa. Si bien el diálogo es realista y convincente, la película a menudo se apoya en imágenes y en la interpretación del actor, Charlie Szpalski, para comunicar las emociones y pensamientos de Salinger, lo cual puede ser tanto una fortaleza como una debilidad.

Szpalski ofrece una actuación magistralmente reservada. Su Salinger es un hombre esquelético, casi transparente, que se mueve con una cautela palpable. No es un hombre de gestos grandilocuentes, sino uno que se comunica a través de miradas fugaces, silencios prolongados y una mirada fija en el horizonte. El actor logra, con una economía impresionante de medios, transmitir la complejidad de un hombre atormentado por el pasado y consumido por la necesidad de aislamiento. La película también se vale de interpretaciones sólidas por parte de los actores que representan las mujeres en la vida de Salinger: a Maggie Gyllenhaal como Sylvia Plath, una figura clave en su vida, ofrece una actuación llena de vulnerabilidad, mientras que Kristen Stewart, en un papel menor pero significativo, aporta una inquietante intensidad a la relación con una joven muchacha.

Sin embargo, “Salinger” no está exenta de fallos. La película, a pesar de sus momentos de brillantez, a veces se pierde en la sobreexplicación, tratando de llenar los vacíos de la historia con frases que parecen sacadas de un estudio académico. Además, la insistencia en el aislamiento de Salinger puede resultar monótona, y el espectador puede sentirse desconectado del resto del mundo. A pesar de estas limitaciones, la película consigue captar la esencia de un hombre enigmático, un creador de mundos literarios que siempre mantuvo una distancia inquebrantable del suyo propio. Es una exploración valiente y, en última instancia, conmovedora de la complejidad de la psique humana.

Nota: 7/10