Salvados (2004)

“Salvados” es una película que, en lugar de ofrecer una visión profunda y trascendental de la fe y la aceptación, se presenta como un drama adolescente con toques de controversia religiosa, y aunque logra generar cierta inquietud, finalmente no alcanza la complejidad que promete. La película, dirigida con cierta sutileza por Stuart Cohen, se centra en Mary (Jean Malone), una joven de una familia conservadora que, impulsada por un deseo de realizar un "acto de buena voluntad", intenta usar el sexo como una forma de "curar" a su novio gay. Este acto, lejos de ser un milagro, desencadena una serie de consecuencias que la arrastra a un ostracismo social dentro del instituto donde estudia, transformándola de repente en una figura marginal.

La película se beneficia, en parte, de un enfoque visualmente depurado, con tomas que capturan la atmósfera opresiva del ambiente religioso en el que viven los personajes. La fotografía de Michael Brandon es discreta, pero efectiva para transmitir la sensación de aislamiento y la rigidez moral de la comunidad. Sin embargo, la dirección de Cohen, aunque competente, no llega a explorar con la profundidad que podría haber aportado la historia. A menudo, la película se queda en la superficie de los conflictos emocionales, presentando las reacciones de los personajes de forma algo simplificada y sin profundizar en las motivaciones que los impulsan.

Las actuaciones son sólidas, especialmente la de Jean Malone, quien consigue dar a Mary una vulnerabilidad y una confusión creíbles. Su interpretación es la columna vertebral de la película, y logra que el espectador empatice con su dilema moral. Otros actores, como Caleb Landry Jones, que interpreta al novio de Mary, también cumplen su cometido, aunque sus personajes carecen de mayor desarrollo. La química entre Malone y Jones, sin embargo, es palpable y contribuye a la tensión dramática de la historia.

El guion es, sin duda, el punto más débil de “Salvados”. Aunque plantea una problemática social relevante – la intolerancia religiosa y la discriminación – lo hace de forma superficial. Los diálogos a veces son artificiales y la resolución del conflicto, aunque presente, se siente apresurada y poco convincente. La película podría haber profundizado en las implicaciones éticas y psicológicas de las acciones de Mary, explorando, por ejemplo, las consecuencias a largo plazo de su decisión, la percepción de otros personajes o la influencia de la iglesia en la vida de la protagonista. En lugar de ofrecer una reflexión, la película se limita a presentar un conflicto sin realmente analizarlo.

En definitiva, “Salvados” es una película entretenida pero con un gran potencial desperdiciado. Es un melodrama adolescente con un tema de fondo importante, pero que no logra trascender la mera narración de un conflicto social. La película es aceptable como un inicio, pero necesita una revisión más exhaustiva de su guion para lograr el impacto que merece.

Nota: 6/10