Salvajes (2012)

“Salvajes” (Wild) es una película que, a pesar de su argumento aparentemente sencillo, logra generar una atmósfera de tensión palpable y una reflexión sutil sobre la amistad, el riesgo y la fragilidad de la vida. Dirigida con maestría por Jean-Marc Vallée, la película nos sumerge en la tranquilidad aparente de Laguna Beach, un pueblo costero donde la belleza natural se ve amenazada por la implacable maquinaria del crimen organizado. La tranquilidad se rompe abruptamente cuando la vida de Ben (Aaron Johnson), Chon (Taylor Kitsch) y la enigmática O. (Blake Lively) se ve alterada por la entrada de un cártel mexicano, una amenaza que les obliga a enfrentarse a una situación que parece insuperable.

La dirección de Vallée es, sin duda, uno de los mayores logros de la película. Su estilo, caracterizado por la prolongación de los planos secuencia y el uso de una paleta de colores vibrantes y, a menudo, saturados, crea una experiencia visualmente cautivadora. No se trata de una acción constante y explosiva, sino de un ritmo pausado que permite a la audiencia sumergirse en la psicología de los personajes y en la intensidad del conflicto. El uso del color, especialmente en las escenas en Baja California, es particularmente efectivo para transmitir la hostilidad y el peligro del entorno.

Las actuaciones son, en su mayoría, excepcionales. Aaron Johnson, en el papel de Ben, ofrece una interpretación particularmente conmovedora, transmitiendo con sutileza la fragilidad emocional del personaje. Taylor Kitsch, como Chon, complementa perfectamente su actuación, aportando la fuerza bruta y el pragmatismo necesarios para el personaje. Sin embargo, es Blake Lively quien, con su interpretación de O., destaca por su ambigüedad y su capacidad para sugerir un pasado oscuro y misterioso. Salma Hayek, en el papel de la despiadada jefa del cártel, aporta una presencia imponente y una crueldad calculada, mientras que Benicio Del Toro, en el papel del matón Lado, es un ejemplo de maldad silenciosa y amenazante.

El guion, adaptado de un libro del mismo nombre, es un punto fuerte. Evita las trampas típicas del género, centrándose en la relación entre los tres protagonistas. El conflicto no se resuelve con explosiones o tiroteos, sino mediante una lucha psicológica y moral que pone a prueba los límites de la amistad y la lealtad. La película plantea preguntas sobre el precio de la ambición, la búsqueda de la felicidad y la influencia destructiva del poder. Aunque el personaje del agente de la DEA, interpretado por John Travolta, se siente a veces un tanto caricaturesco, su presencia sirve como catalizador para la trama y aporta un elemento de desesperación. El desarrollo del personaje de O. y su pasado, aunque lento, es crucial para entender las motivaciones de los personajes y el impacto del conflicto.

En definitiva, "Salvajes" es una película intensa, visualmente impactante y emocionalmente resonante que supera las expectativas iniciales. No es un thriller de acción convencional, sino una reflexión sobre la vida y las decisiones que nos la moldean. Es una película que te obliga a pensar y a sentir, a cuestionar tus propios valores y a valorar las relaciones que te rodean.

Nota: 8.5/10