Salvando las distancias (2010)

“Salvando las distancias” (Saving the Distance) es una película que, a pesar de su premisa sencilla y aparentemente poco original, logra construir una historia resonante sobre la complejidad de las relaciones a larga distancia. Dirigida con una sensibilidad palpable por Jake Kasdan, la película no busca efectos especiales ni giros argumentales elaborados, sino que se centra en la honestidad emocional y el retrato realista de la vida cotidiana de dos jóvenes que se esfuerzan por mantener viva la llama de su amor a pesar de la inmensidad que los separa.

Drew Barrymore y Justin Long ofrecen actuaciones excepcionales. Barrymore, que también se inmiscuye en la producción como co-guionista, aporta una vulnerabilidad y una dulzura que la convierten en una Erin creíble y entrañable. Su personaje no es perfecto; comete errores, se frustra, se siente aburrida y, en ocasiones, incluso resuelta, pero siempre con un hilo de esperanza que la impulsa a seguir luchando por su relación. Justin Long, por su parte, interpreta a Garrett con un encanto natural y un toque de torpeza que lo hacen inmediatamente simpático. La química entre ambos actores es innegable y se siente genuina, lo que contribuye significativamente al éxito de la película.

El guion, co-escrito por Barrymore, es la verdadera joya de la película. Se aleja de los clichés típicos de las comedias románticas y, en su lugar, se adentra en las dudas, los miedos y las pequeñas frustraciones que surgen cuando la distancia se convierte en un obstáculo. La película no glorifica la relación a distancia; muestra las dificultades de las videollamadas, las discusiones por teléfono y la sensación de soledad que puede surgir cuando uno de los dos se siente ignorado. Kasdan utiliza un ritmo pausado y natural para desarrollar la historia, permitiendo que el espectador se sienta parte del día a día de Erin y Garrett. Hay momentos de comedia ligera, sin duda, pero la película está mucho más enfocada en la introspección y la exploración de la conexión emocional, incluso cuando esta se percibe a miles de kilómetros.

La dirección de Kasdan es discreta pero efectiva. Evita las soluciones fáciles y se concentra en capturar la atmósfera de la vida moderna. Las escenas en Chicago y Los Ángeles se integran sin esfuerzo en el relato, ofreciendo un vistazo a las diferentes ciudades y a los estilos de vida de cada personaje. La fotografía es sobria y agradable, y la banda sonora complementa a la perfección la narrativa. Si bien la historia podría parecer simple a primera vista, "Salvando las distancias" es una película que invita a la reflexión y que celebra la perseverancia y la fuerza del amor, incluso cuando todo parece indicar lo contrario. Es una película que da esperanza y que recuerda que la conexión humana puede trascender cualquier distancia.

Nota: 7.5/10