“Sangre en los labios” es una película que, a pesar de su premisa intrigante y su ambientación distintiva en el árido paisaje de Nuevo México, se queda en un nivel de ejecución que podría haber sido mucho más elevado. La historia, centrada en la ascensión de Jackie en el mundo del culturismo y su inevitable cruce de caminos con la familia de Lou, la solitaria gerente de un gimnasio local, presenta un fuerte potencial dramático. Sin embargo, el guion, aunque bien intencionado, se ve afectado por una excesiva dependencia de clichés del género thriller criminal y una falta de profundidad en el desarrollo de sus personajes. La trama se siente a veces forzada, con giros argumentales que no se integran completamente con la narrativa general y que, en ocasiones, restan credibilidad al relato.
La dirección de James Gray es notable por su atmósfera visual. El desierto de Nuevo México, con sus imponentes montañas y sus paisajes desolados, es prácticamente un personaje más de la película. Gray logra crear una atmósfera opresiva y melancólica, que refleja la soledad y el aislamiento de los protagonistas. La fotografía es sobresaliente, con una paleta de colores terrosos que acentúa la dureza del entorno. Sin embargo, esta cuidada estética visual no compensa por completo las deficiencias del guion. Gray se centra demasiado en la representación de la violencia, que, aunque presente, se siente más como una herramienta para generar tensión que como una consecuencia orgánica de las decisiones de los personajes.
El núcleo de la película reside en las interpretaciones de sus protagonistas, y aquí es donde “Sangre en los labios” realmente brilla. Cara Delevingne ofrece una actuación convincente como Jackie, transmitiendo a la perfección su ambición, su vulnerabilidad y su determinación. Logra que el espectador se preocupe genuinamente por su destino. Asimismo, Joel Edgerton, en el papel de Lou, entrega una actuación sutil pero poderosa, demostrando un gran dominio del personaje. Su rostro, lleno de cicatrices emocionales y un profundo sentimiento de arrepentimiento, es la clave para entender las motivaciones de un hombre atrapado en un ciclo de violencia. La química entre Delevingne y Edgerton es palpable, generando momentos de tensión y complicidad que son el corazón de la película. No obstante, el resto del reparto, en general, se siente menos desarrollado y su actuación, a veces, resulta algo plana.
En resumen, "Sangre en los labios" es una película interesante que ofrece una estética visualmente impactante y unas actuaciones sólidas, principalmente gracias a los esfuerzos de Delevingne y Edgerton. Sin embargo, su guion repetitivo y la falta de originalidad en el desarrollo de la trama la condenan a ser una producción olvidable. La película explora temas como la redención, el amor y la violencia, pero no profundiza lo suficiente en ellos, quedando en una representación superficial de los mismos. Se podría haber logrado un thriller criminal mucho más sofisticado y con mayor resonancia emocional.
Nota: 6/10