Sasquatch Sunset (2024)

‘Sasquatch Sunset’ no es una película que busca ser una nueva ‘Apocalypse Now’ o un referente del cine de terror de alta octana. Es, en cambio, una fábula incómoda, un drama familiar con un toque de misterio, ambientada en el vasto y desolador paisaje de los Apalaches. La película nos presenta a la familia Thorne – padre, madre e hijo, cada uno con sus propios miedos y traumas – que, atormentados por la percepción constante de ser observados, decide abandonar su vida cotidiana y buscar refugio en las profundidades de la naturaleza. Lo que encuentran no es solo la tranquilidad que anhelan, sino una realidad profundamente perturbadora: el mundo no los ha ignorado, simplemente ha elegido no verlos.

La dirección de Kyle Henry es deliberadamente austera y centrada en la atmósfera. Se evita el uso excesivo de efectos especiales para mostrar al Sasquatch, optando por sugerencias visuales y auditivas que generan una tensión palpable. La cámara se mueve con lentitud, casi como si reflejara la introspección de los personajes. Este enfoque, aunque a algunos puede parecer lento, sirve para sumergir al espectador en la sensación de aislamiento y paranoia que experimentan los Thorne. La película se nutre de la belleza agreste del entorno natural, pero también de su peligrosidad, subrayando la fragilidad de la condición humana frente a fuerzas que escapan a nuestra comprensión.

El elenco ofrece interpretaciones sólidas. Michael McHugh, como el padre, encarna la desesperación y la lucha interna de un hombre que intenta proteger a su familia. Heather Graham, con su habitual maestría, transmite la vulnerabilidad y la desesperación de la madre, mientras que Evan Friedle, en el papel del hijo, aporta una inocencia y una sensibilidad conmovedoras. Las actuaciones son naturales y realistas, sin recurrir a excentricidades exageradas. Su conexión emocional con los personajes es fundamental para que la narrativa funcione, y los actores logran generar empatía en cada uno de sus gestos y miradas.

El guion, escrito por Henry y Kyle Pollard, es lo más intrigante de la película. No ofrece respuestas fáciles ni pretende explicar el misterio del Sasquatch. En cambio, se centra en explorar las consecuencias del aislamiento, la importancia de la familia y la fragilidad de nuestra percepción de la realidad. El diálogo es conciso y evocador, y las escenas de tensión son cuidadosamente construidas. El ritmo, aunque pausado, se mantiene constante, manteniendo al espectador alerta y comprometido. El tono es melancólico y reflexivo, planteando preguntas sobre nuestra relación con la naturaleza y sobre el temor a lo desconocido.

En definitiva, 'Sasquatch Sunset' es una película que se queda con el espectador mucho después de que los créditos finales hayan terminado de rodar. No es una película para todos los públicos, pero para aquellos que disfrutan de películas que invitan a la reflexión, que exploran temas complejos y que ofrecen una experiencia cinematográfica única, es una joya inesperada. Es una película que, más que un encuentro literal con un monstruo mitológico, es un encuentro con la oscuridad dentro de nosotros mismos.

Nota: 7/10