Satan's Slaves (2017)

“Satan's Slaves” no es, en absoluto, una película que se ofrezca como un espectáculo de terror convencional. Se trata más bien de una experiencia inquietante, un ejercicio de atmósfera y horror psicológico que, a pesar de sus deficiencias técnicas, logra dejar una impresión duradera. El film, un remake del clásico indonesés “Pengabdi Setan”, se basa en una premisa simple pero inquietante: una familia, devastada por la muerte de su madre, se enfrenta a una presencia maligna que se manifiesta a través de objetos cotidianos, provocando un descenso progresivo a la locura y la violencia.

La dirección de Mike Flanagan, responsable de obras como “The Haunting of Hill House” y “Midnight Mass”, se evidencia en la meticulosa construcción del horror. No se recurre a sustos fáciles ni gore excesivo. Flanagan se centra en el deterioro gradual de la mente de la familia, utilizando la cámara de manera efectiva para generar incomodidad y sugerir lo que se esconde tras la realidad. Hay una estética retro, con toques de nostalgia por el cine de terror de los años 70, que contribuye a la atmósfera opresiva. Las escenas en la casa, un lugar lleno de recuerdos y secretos, están filmadas con una iluminación cuidada y ángulos de cámara que provocan una sensación constante de que algo acecha en las sombras. Aunque la fotografía no sea sobresaliente, su uso es deliberado y ayuda a crear un ambiente de misterio y amenaza latente.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Victoria Pedretti, quien ha demostrado su talento en otras producciones de Flanagan, ofrece una interpretación convincente como Rini, una mujer atormentada por el pasado y la pérdida. El resto del elenco, especialmente Joe Cole como el hermano de Rini, demuestra una capacidad de transmitir la desesperación y el miedo. Sin embargo, la película se beneficia enormemente de la presencia de Adam Scott como el padre de Rini, un hombre que lucha por mantener la compostura frente a la creciente locura de su familia. Scott aporta una vulnerabilidad y un trauma profundo a su personaje, haciendo que su colapso sea particularmente conmovedor. No obstante, algunas interpretaciones podrían haber sido más contundentes, especialmente en el desarrollo de algunos personajes secundarios.

El guion es, sin duda, el elemento más problemático de “Satan’s Slaves”. A pesar de la premisa interesante y el potencial de la historia, la película se pierde a menudo en detalles innecesarios y exposiciones que rompen la tensión. El ritmo es irregular, alternando momentos de verdadera inquietud con escenas lentas y repetitivas. La motivación de la presencia maligna, aunque sugerida de forma efectiva, nunca se explica completamente, lo que deja al espectador con preguntas sin respuesta. El film parece centrarse excesivamente en el horror psicológico, descuidando un desarrollo más profundo de los personajes y las relaciones familiares, lo cual limita su impacto emocional. La película se beneficia de una adaptación más precisa de la historia original, que hubiera permitido una mayor exploración de las creencias y prácticas de la cultura indonesia.

Nota: 6.5/10