“Sauerkrautkoma” no es, precisamente, una obra maestra cinematográfica. Sin embargo, si buscas una comedia ligera y desconectada, una escapada divertida que no exija demasiado de tu intelecto, esta película de Netflix podría ser una opción más que aceptable. La historia, situada en el cotidiano Múnich, se centra en Sebastian Bezzel, un inspector de policía un tanto aburrido de su vida, que decide compartir piso con su amigo Simon. La llegada de Lisa Maria Potthoff, una mujer enigmática y con una personalidad que desafía al orden, introduce la chispa que cataliza toda la trama, un torbellino de situaciones absurdas y enredos que recuerda al humor más desenfadado de las comedias alemanas clásicas.
La dirección de Oliver Sieberhagen se mantiene siempre a un nivel competente, evitando cualquier pretensión estilística y centrándose en la inmediatez de las situaciones. La película se mueve a un ritmo vertiginoso, impulsada por un guion que no teme a ser descabellado y a ofrecer personajes secundarios memorables, como el excéntrico y con frecuencia hilarante Enzi Fuchs. Sus interacciones con Bezzel y el resto del reparto generan momentos genuinamente cómicos, aunque a veces la comedia se basa en la exageración, lo que puede resultar un poco forzado. No obstante, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su capacidad de sorprender con los giros argumentales, aunque la trama en sí misma no llega a ser particularmente original.
La actuación de Sebastian Bezzel es el punto fuerte de la película. Bezzel, interpretado con una naturalidad y un cierto aire de melancolía, transmite con éxito la evolución de su personaje a lo largo de la historia. La química entre Bezzel y Potthoff es palpable y contribuye a la dinámica divertida de la trama. Si bien el resto del reparto cumple su función, ninguno logra destacar por encima del resto, salvo quizás Fuchs, cuya interpretación es caricaturesca pero efectiva.
En definitiva, “Sauerkrautkoma” es una película que no busca la profundidad ni la innovación. Se trata de una comedia ligera y entretenida, que ofrece un buen escape para aquellos que buscan reírse un rato. La película no es memorable, pero tampoco es decepcionante. Es un entretenimiento decente, aunque con margen de mejora en cuanto a la originalidad del guion y la construcción de los personajes. Se echa de menos un mayor desarrollo de los temas que se tocan, como la soledad y la búsqueda de la felicidad, relegándolos a un papel secundario. Sin embargo, si la trama se mantiene desenfadada y con suspiros de humor, seguramente sea una apuesta segura para una noche de cine en familia.
Nota: 6/10