Saw (2004)

“Saw” (2004) no es solo una película de terror; es un experimento psicológico metódico que ha dejado una marca imborrable en el género. James Wan, en su debut en la dirección, demuestra un control narrativo y una capacidad visual sorprendentemente maduros para un joven cineasta. La película se adentra en la oscuridad de la mente de un asesino en serie, John Kramer, interpretado con una intensidad perturbadora por Tobin Bell. No se trata de sangre y gritos baratos, aunque hay violencia, sino de una exploración sombría de la moral, la redención y los límites de la supervivencia.

El guion, co-escrito por Wan y Leigh Whidby, se centra en dos desconocidos, Adam (Matt Blando) y Billy (Shawnee Smith), que se encuentran atados y torturados en un entorno claustrofóbico y lleno de trampas mortales. La inteligencia del guion reside en la construcción progresiva de la tensión. Cada escena es una prueba, una prueba sádica diseñada para poner a prueba la capacidad de supervivencia de los personajes y, aún más importante, su voluntad de cooperar. El guion evoca la atmósfera de suspense y el temor a lo desconocido con una eficacia asombrosa. La premisa, aunque familiar en el panorama del terror, se ejecuta con un detalle impecable, creando un mundo de reglas inusuales y consecuencias terribles que obliga al espectador a cuestionar cada movimiento, cada palabra.

La dirección de Wan es magistral. Utiliza la iluminación, el sonido y la composición de planos para crear una sensación constante de claustrofobia, desesperación y vulnerabilidad. La cámara a menudo se encuentra cerca de los personajes, sumergiéndonos en su angustia. La película no se detiene a mostrar las trampas en detalle, sino que se centra en el rostro de los protagonistas, transmitiendo el horror visceral de sus experiencias. La música, minimalista y perturbadora, complementa a la perfección las imágenes, intensificando la atmósfera de horror psicológico.

Las actuaciones son sólidas. Tobin Bell ofrece una interpretación hipnotizante como John Kramer, aunque su personaje se revela gradualmente a lo largo de la película. Matt Blando y Shawnee Smith, como Adam y Billy, transmiten un miedo y una determinación genuinos. Sus rostros reflejan la angustia, la desesperación y la lucha por la supervivencia. El desarrollo de la relación entre Adam y Billy, basada en la necesidad de confianza y la cooperación, es uno de los aspectos más efectivos de la película. La química entre los dos actores es palpable y añade una capa de complejidad emocional a la narrativa.

Sin embargo, “Saw” no está exenta de fallas. Algunos de los giros argumentales, aunque efectivos, pueden parecer un tanto predecibles para los espectadores familiarizados con el género. Además, la intensidad de la violencia, aunque justificada por el contexto, puede resultar perturbadora para algunos espectadores sensibles. No obstante, "Saw" es, en general, una película de terror inteligente, inquietante y sorprendentemente bien construida que redefine los límites del género. Es un trabajo de dirección creativo que propuso un nuevo estándar para el terror moderno, marcando el inicio de una franquicia muy exitosa.

Nota: 8/10