Scrambled (2024)

“Scrambled” no es una explosión de emociones cinematográficas, ni tampoco una película que redefine el género dramático. Sin embargo, es un retrato sorprendentemente sutil y realista de las presiones y anhelos que rodean la decisión de congelar óvulos, un tema que, a pesar de su creciente relevancia, raramente se aborda con tanta honestidad y sin sentimentalismos fáciles. La película de Sarah Dellaventura, con un guion que agradece su lentitud, se centra en Nellie Robinson, interpretada con una vulnerabilidad palpable por Alexandra Daddario, una actriz que consigue transmitir la ansiedad y el miedo a la pérdida que acompañan a esta decisión trascendental.

La dirección de Dellaventura se caracteriza por su cercanía. Evita los artificios y se centra en capturar los momentos cotidianos, en las conversaciones entre Nellie y su amiga Ego Nwodim (Ego Nwodim ofrece un alivio cómico perfecto, sin caer en caricaturas), en la quietud de su relación con su prometido, Adam Rodriguez. Este enfoque intimista permite que el espectador se sienta parte de la vida de Nellie, compartiendo sus dudas, sus esperanzas y sus miedos. La película no busca la grandilocuencia, sino la honestidad. Se centra en la experiencia personal, en la lucha por comprender qué significa querer formar una familia en un mundo que impone expectativas y presiones. El ritmo pausado, a veces incluso lento, concede espacio a la reflexión, permitiendo al público conectar con la protagonista en un nivel más profundo.

El guion, coescrito por Dellaventura y Katie Dippold, es el verdadero corazón de la película. No se trata de una narrativa repleta de giros argumentales, sino de un desarrollo natural y orgánico de los personajes. Los diálogos son creíbles, a menudo impregnados de un humor sutil que contrasta con la gravedad del tema. La película explora no solo la posibilidad de la maternidad, sino también la precariedad de la autoafirmación femenina en una sociedad que suele definir a las mujeres por su capacidad reproductiva. La película también toca aspectos menos discutidos, como el estigma asociado a las mujeres que no pueden concebir naturalmente y las consecuencias emocionales de esta situación.

Daddario ofrece una actuación sólida, pero no deslumbrante. Se nota su compromiso con el papel y su capacidad para transmitir la fragilidad de la protagonista. La química entre Daddario y Nwodim es excelente, proporcionando momentos cómicos genuinos que alivian la tensión dramática. El reparto secundario, con Adam Rodriguez, contribuye a la verosimilitud de la historia. “Scrambled” no es una película que te dejará con la boca abierta, pero sí con una sensación de empatía y comprensión por la lucha de una mujer que se enfrenta a un futuro incierto.

Nota:** 7/10