Sean Banan inuti Seanfrika (2012)

“Sean Banan inuti Seanfrika” es, en esencia, una película que desafía las convenciones del género de la comedia musical y se presenta como un homenaje torpe pero divertido a la cultura pop sueca y al cine de aventuras de los años 80. La película, dirigida por el propio Sean Banan – y, a decir verdad, todo el equipo parece haber sido invadido por un espíritu de improvisación – se siente como una colisión de ideas brillantes y ejecutadas con una exuberante falta de preocupación por la perfección. Este es tanto su punto fuerte como su principal debilidad.

El guion, escrito predominantemente por Sean Banan, es abiertamente absurdo y, en ocasiones, caótico. La trama, centrada en la grabación de un videoclip de Kikki Danielsson (“Kikki Dee”) en África, se desmorona en una sucesión de situaciones cómicas, a menudo surrealistas, que oscilan entre lo hilarante y lo simplemente extraño. No se toma la verosimilitud como un objetivo principal; más bien, abraza el caos y confía en la química de sus personajes y en el potencial cómico inherente a la premisa. Sin embargo, esta apuesta por la locura a veces se extiende hasta el punto de la fatiga, y ciertas subtramas se sienten desaprovechadas. Se vislumbra un intento de crítica social subyacente, pero ésta, lógicamente, queda eclipsada por el torbellino de la acción y el humor.

Las actuaciones son, por decirlo suavemente, excepcionales. Sean Banan se encuentra en su elemento, canalizando una energía maníaca que es contagiosa. Su actuación como el productor musical es un festival de excentricidad, una mezcla de pasión, frustración y genuina alegría. Kikki Danielsson, en su papel de Kikki Dee, aporta una calma relativa al grupo, actuando como un contrapunto interesante a la exuberancia de Banan. El Dr. Alban, como suele ser habitual en sus trabajos, también brilla con su presencia característica y su sentido del humor peculiar. Los secundarios contribuyen a la atmósfera caótica y divertida, ofreciendo momentos memorables, aunque algunos de ellos se sientan algo caricaturescos.

Desde una perspectiva visual, la película es un espectáculo. Los paisajes africanos, aunque, a veces, ligeramente estilizados, son impresionantes y ofrecen un telón de fondo perfecto para el torbellino de la acción. La banda sonora, compuesta en gran medida por el propio Banan, es alegre y enérgica, un reflejo fiel del espíritu de la película. Sin embargo, la dirección, en general, carece de pulido y a veces, el ritmo se siente irregular. La película se esfuerza por ser un clímax de entretenimiento sinuoso, pero a veces se desliza hacia la sobrecarga. A pesar de sus imperfecciones, “Sean Banan inuti Seanfrika” es una experiencia cinematográfica única que, más allá de cualquier pretensión de ser un gran cine, ofrece momentos genuinamente divertidos y un retrato colorido de la personalidad desbordada de su creador.

Nota: 6/10