Secretary (2002)

“Secretary” (Secretaria), la comedia erótica de Shain Rosenberg, es una película que, a primera vista, parece una reinvención de la comedia romántica tradicional. Sin embargo, bajo la superficie de situaciones hilarantes y un desarrollo sexual explícito, se esconde una película sorprendentemente sutil y, en muchos aspectos, inquietantemente provocadora. La película no busca simplemente ofrecer un escape sexual, sino explorar, a través del humor y la tensión, las dinámicas de poder, la ambición y la vulnerabilidad humana.

La dirección de Rosenberg es precisa y efectiva. Logra construir una atmósfera palpable de incomodidad y deseo, donde cada escena, por inocua que parezca, está cargada de una tensión latente. El uso de la cámara, a menudo subjetivo y cercano a la perspectiva de Lee, nos permite experimentar su desorientación y su creciente fascinación por Edward Grey, interpretado magistralmente por Ray Liotta. Liotta ofrece una actuación particularmente notable, interpretando a un hombre taciturno y enigmático, cuya ambición por el éxito y su propia historia personal se revelan gradualmente. La química entre Liotta y Mena Suvari (Lee) es el corazón de la película y, sin duda, uno de sus mayores logros. Su interacción no se basa en el mero encanto físico, sino en una serie de miradas, silencios y pequeños gestos que comunican más de lo que las palabras podrían expresar.

La actuación de Suvari es, en sí misma, un tour de force. Lee es un personaje complejo y profundamente imperfecto. Su inexperiencia profesional, su historial psiquiátrico y su necesidad de complacer a su familia contrastan fuertemente con la ambición y el control que exhibe en su relación con Grey. Sin embargo, Suvari logra humanizar a Lee, dándole una vulnerabilidad y una honestidad que la convierten en un personaje con el que es fácil empatizar, incluso cuando sus acciones sean cuestionables. La película no idealiza a Lee; la muestra como una mujer que busca desesperadamente un sentido de pertenencia y un control en su vida, aunque sus métodos sean poco convencionales.

El guion, aunque a veces siente la presión de un exceso de situaciones sexuales, está bien construido. La trama avanza a un ritmo constante, manteniendo al espectador interesado en la evolución de la relación entre Lee y Grey. La película no se centra únicamente en el aspecto romántico, sino que también explora temas como la manipulación, la soledad y el deseo de reconocimiento. El desarrollo de la relación no es un romance tradicional; es una danza compleja de poder, control y, finalmente, un deseo de conexión genuina. La película juega con las expectativas del espectador, subvirtiendo las convenciones románticas y ofreciendo una perspectiva poco común de la dinámica entre jefe y empleado.

En definitiva, "Secretary" es una película provocadora y divertida que merece la pena ver, no solo por su componente erótico, sino por su capacidad para reflexionar sobre la naturaleza humana y las complejas dinámicas que rigen nuestras relaciones. Nota: 7/10