“Secretos de un crimen” (Secret Obsession) no es un thriller explosivo ni un drama intenso y visceral como quizás esperaba después de leer el argumento. Es, más bien, una radiografía inquietante y claustrofóbica de una comunidad pequeña, marcada por el trauma y la sospecha. La película, dirigida por Genoveva Cortese, se centra en el regreso de Ronnie (Dakota Fanning) y Alice (Danielle Macdonald) a la tranquila ciudad de Havenwood, ocho años después de la desaparición y muerte de una niña. Ambos personajes, con un pasado compartido y un presente problemático, generan una atmósfera de desconfianza palpable desde el principio, convirtiéndose en el núcleo de la trama y el principal motor de la narrativa.
Elizabeth Banks, en el papel de Nancy Porter, ofrece una actuación fundamental. Su personaje no es simplemente la detective, sino una mujer atormentada por su propio fracaso. Banks evoca con maestría la carga emocional que lleva Nancy, mostrando tanto su determinación en resolver el nuevo caso, como la vulnerabilidad y el dolor subyacente. La actuación de Banks se distingue por su sutileza y su capacidad para comunicar la profundidad del trauma. No recurre a clichés; la angustia de Nancy se percibe en cada mirada, en cada movimiento. La dinámica entre Nancy y las jóvenes, tanto en momentos de confrontación como de aparente conexión, es crucial para el desarrollo del conflicto.
La dirección de Cortese es efectiva en la construcción de la atmósfera. La película utiliza el entorno rural de Havenwood, con sus calles estrechas y sus casas aparentemente idílicas, para crear una sensación de encierro. La iluminación tenue y los ángulos de cámara oblicuos contribuyen a la sensación de paranoia y desasosiego. Sin embargo, el guion, aunque sólido en su planteamiento y en la creación de personajes complejos, a veces recurre a algunos giros argumentales predecibles. Aunque la tensión se mantiene durante gran parte de la película, algunos elementos del final podrían haber sido más elaborados para generar un impacto más sorprendente. La tensión se mantiene, pero no siempre se justifica con la profundidad que podría haber tenido.
La película explora temas como la responsabilidad, la memoria, el impacto del trauma en las relaciones familiares y la dificultad de escapar del pasado. Las actuaciones de Fanning y Macdonald son convincentes; ambas transmiten la complejidad de sus personajes, mostrando las cicatrices emocionales que el pasado ha dejado. El guion, en general, evita simplismos y ofrece una visión matizada de la moralidad y la justicia. No se presenta a ninguno de los personajes como puramente bueno o malo, sino que se exploran las motivaciones detrás de sus acciones. Es un retrato inquietante de cómo los secretos, cuando se guardan durante mucho tiempo, pueden volver a perseguirnos, afectando no solo a quienes los ocultan, sino también a las generaciones futuras.
Nota: 7/10