Sed de escándalo (1931)

“Sed de escándalo” es una película que te atrapa desde sus primeros minutos, no por un virtuosismo técnico deslumbrante, sino por su atmósfera densa y el lento, casi calculado, desarrollo de sus personajes y sus conflictos. La película, dirigida con mano firme por Brian De Palma, logra construir una tensión palpable que persiste a lo largo de sus casi dos horas de duración, convirtiéndose en un thriller psicológico que explora temas como la obsesión, el secreto y la fragilidad del pasado. De Palma, conocido por su meticulosidad y su amor por los movimientos de cámara elaborados, no escatima en detalles visuales que refuerzan la sensación de inquietud, pero sin recurrir a artificios gratuitos; cada imagen, cada ángulo, tienen un propósito narrativo que enriquece la experiencia del espectador.

El guion, adaptado de la novela de William Duell, es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Se centra en la editora de un periódico, Nancy Holt (Sharon Stone, en una actuación brillante y electrizante), que ve en el caso de Nancy Voorhees (interpretada con una frialdad inquietante por Catherine Zeta-Jones) la oportunidad de aumentar las ventas de su publicación. Sin embargo, la película no se limita a la simple trama de investigación. Profundiza en la psicología de los personajes, mostrando cómo la búsqueda de la verdad puede consumir a quienes la persiguen, revelando las motivaciones ocultas y los secretos que cada uno esconde. La narrativa se construye con una lentitud deliberada, permitiendo que la tensión se acumule de forma gradual, culminando en un final que, si bien puede resultar un tanto abrupto para algunos, es, sin duda, impactante y memorable. La exploración de la complicidad entre Holt y el detective en busca de la verdad, el detective Frank Silver (Bruce Willis), añade una capa extra de complejidad a la historia.

Las actuaciones son excepcionales. Sharon Stone se desvive en el papel de Nancy Holt, transmitiendo con maestría la ambición, la vulnerabilidad y la determinación de una mujer que está dispuesta a todo para alcanzar sus objetivos. Catherine Zeta-Jones, por su parte, ofrece una interpretación memorable como Nancy Voorhees, logrando capturar la dualidad de una mujer que, a pesar de su pasado, se ha esforzado por llevar una vida normal. Bruce Willis, aunque su personaje tiene un arco argumental limitado, aporta la presencia imponente y el carisma que se espera de él. El desarrollo de la relación entre Holt y Silver no es meramente un elemento de trama, sino que se convierte en el corazón emocional de la película, aportando una dimensión humana a la historia. La película no rehuye las situaciones incómodas o las preguntas moralmente ambiguas, invitando al espectador a cuestionar sus propias convicciones.

“Sed de escándalo” no es un thriller convencional. Es una película que te hace pensar, te mantiene al borde del asiento y te obliga a reflexionar sobre la naturaleza humana, los límites de la justicia y el poder del pasado. Es un ejemplo del cine de Brian De Palma en su mejor momento, un espectáculo visual y narrativo que, a pesar de su duración, no se siente ni un instante aburrido. La película es un homenaje al cine clásico de suspense, combinando elementos de drama, intriga y personajes complejos. No es una película para todo el mundo, pero para aquellos que aprecien el cine con sustancia y la dirección de De Palma, es una obra imprescindible.

Nota: 8.5/10