Sed de venganza (2010)

“Sed de venganza” (aka “Beast” en su título original) no es una película que busque la originalidad ni la sutileza. Es un directo disparo al corazón del género de acción, con la solvencia de un disparo certero y la energía implacable de una tormenta. Y, si eso es lo que buscas, Dwayne Johnson, en un papel que parece forjado para él, entrega una performance que justifica el precio de la entrada. No se trata de un héroe perfecto, sino de un hombre roto, consumido por el dolor y la necesidad de justicia, un hombre que ha visto el mundo reducirlo a la brutalidad y que, contra todo pronóstico, no renuncia a la posibilidad de la redención. Su interpretación es contundente, sin caer en la exageración, ofreciendo una mezcla perfecta de amenaza y vulnerabilidad. Johnson, en este rol, se aleja significativamente de su imagen habitual de superhéroe de Hollywood y se presenta como un hombre que se consume en su búsqueda, a pesar de las consecuencias.

La dirección de Coreys Felix es directa y eficaz. Se apoya en un ritmo acelerado, con secuencias de acción coreografiadas con una precisión que se aprecia en cada golpe y cada disparo. No se intenta complicar la narrativa con giros inesperados, sino que se centra en la acción pura y dura. Sin embargo, hay que reconocer que este enfoque, aunque efectivo, puede resultar a veces un poco repetitivo, y que la película no ofrece demasiadas sorpresas a nivel de trama. La atmósfera, aunque bien construida, es un tanto estándar dentro del género: una ciudad corrupta y oscura, donde la justicia es un mito y donde la violencia es moneda corriente. Sin embargo, la banda sonora, con su uso prominente de música country y rock and roll, ayuda a crear una sensación de tensión constante y de peligro inminente.

La película se beneficia enormemente de la presencia de Billy Bob Thornton, quien interpreta al detective Frank Dominguez, un veterano policía cansado y cínico que se encuentra en un punto de inflexión de su carrera. Thornton aporta una profundidad y un matiz necesarios al personaje, contrastando con la agresividad de “Beast”. La dinámica entre Johnson y Thornton es uno de los puntos fuertes de la película: un enfrentamiento constante entre dos hombres con visiones radicalmente diferentes sobre la justicia. Su relación, basada en la confrontación, el respeto mutuo y la necesidad de exponer la verdad, es lo que eleva la narrativa más allá de la simple trama de venganza.

El guion, aunque sólido en su estructura, no alcanza la sofisticación que podría haberle aportado. La historia, basada en un conflicto familiar con un pasado turbio, se siente a veces un poco simplista, y algunas de las motivaciones de los personajes no están completamente desarrolladas. No obstante, la película se centra en la acción y el entretenimiento, y en este sentido, cumple con creces. “Sed de venganza” es un espectáculo visualmente impactante, con un ritmo frenético y con actuaciones convincentes. Es una película que, aunque no desafía al espectador intelectualmente, ofrece un buen rato de entretenimiento puro. Supe que, a pesar de las fallas, era una película que me dejaría con la sensación de haber presenciado un duelo brutal y visceral, y eso, a veces, es lo más importante.

Nota: 7/10