“Seducción a la carta” es una película que, a pesar de sus promesas de romance inverosímil y un toque de comedia romántica, resulta ser una experiencia un poco agridulce. La película, dirigida por Mark Kaufman, se aferra a un concepto intrínsecamente frágil: un romance improbable entre una chef con habilidades culinarias cuestionables y un ejecutivo de negocios. La premisa, en esencia, recuerda a clichés del género, pero Kaufman intenta mitigar esta familiaridad con algunos elementos visuales atractivos y momentos de genuina calidez.
El punto fuerte de la película reside, sin duda, en la actuación de Sarah Michelle Gellar. Gellar, que interpreta a Amanda, aporta una vulnerabilidad y una calidez que contrastan enormemente con el exterior aparentemente más frío de Tom Bartlett, interpretado por Sean Patrick Flanery. Gellar logra transmitir la frustración de Amanda ante sus limitaciones culinarias y, a su vez, su esperanza y deseo de conectar con alguien. Su interpretación es sutil, pero efectiva, y permite que el espectador se ponga en su lugar, comprendiendo sus anhelos y sus inseguridades. Flanery, por su parte, ofrece un Tom Bartlett más reservado al principio, pero que gradualmente se permite ser vulnerable ante el encanto de Amanda. Su evolución, aunque lenta, se siente orgánica y creíble.
Sin embargo, la película no está exenta de fallos. El guion, aunque en general bien estructurado, se inclina por la sobreexplicación en algunos momentos, recurriendo a diálogos a veces torpes y a un ritmo narrativo que se tambalea. La trama, impulsada por el "poco a poco" mágico, carece de la sutileza que podría haber elevado la historia. La introducción del vendedor de cangrejos y su rol en la conexión entre los protagonistas resulta un tanto forzada y un poco inverosímil. Además, la comedia romántica se mezcla con elementos de drama familiar, pero sin profundizar lo suficiente en las complejidades de los personajes secundarios y sus motivaciones.
A pesar de estas debilidades, la película ofrece un ambiente visualmente agradable y un romance que, aunque predecible, es agradable de ver. La fotografía es cuidada, destacando la belleza del restaurante y los momentos íntimos entre los protagonistas. La banda sonora también contribuye a crear una atmósfera cálida y acogedora. En última instancia, "Seducción a la carta" es una película para disfrutar sin grandes pretensiones, un romance ligero y escapista que satisfará a aquellos que buscan una historia romántica sencilla y con un toque de magia, pero que no esperen una obra maestra del género.
Nota: 6/10