Selam: Bahara Yolculuk (2015)

“Selam: Bahara Yolculuk” no es simplemente una película sobre la educación; es un retrato humilde y conmovedor de la conexión humana y el poder de la empatía. La película, dirigida con sensibilidad por Aslıhan Güner, se centra en la determinación de una joven educadora turca, Ayşe, interpretada magistralmente por Aslıhan Güner, que se atreve a desafiar las convenciones y a construir una escuela en las duras condiciones del paisaje kirguizo. La historia, que trasciende la mera logística del proyecto, se convierte en una reflexión profunda sobre los valores y las diferencias culturales, y la necesidad de un puente entre dos mundos aparentemente distantes.

La dirección de Güner se caracteriza por su enfoque en los pequeños detalles, en la belleza de la naturaleza que rodea a los personajes y, sobre todo, en las expresiones faciales y el lenguaje corporal de los actores. No se recurre a melodramas forzados, sino que se permite que la historia respire y que las emociones emerjan de manera orgánica. La filmación, con su paleta de colores vibrantes y la amplia utilización del espacio natural, contribuye a crear una atmósfera realista y a subrayar la soledad y el aislamiento de la comunidad kirguiza, pero también la inmensidad y la riqueza de la naturaleza.

Las actuaciones son, en su conjunto, excelentes. Aslıhan Güner ofrece una interpretación sutil y poderosa, transmitiendo la pasión, la frustración y el amor de Ayşe por su trabajo y por los niños. Merve Sevi, Ali Mert Yavuzcan y Nazlı Pınar Kaya, quienes interpretan a los miembros de la comunidad local y a otros miembros del equipo educativo, logran dar vida a personajes complejos y creíbles. Sus interacciones con Ayşe, a menudo marcadas por el respeto mutuo y la comprensión, son el corazón de la película y lo que la hace tan genuina.

El guion, aunque a veces un poco lento en el desarrollo de algunas escenas, es inteligente y evita clichés. Se centra en la importancia de escuchar y comprender las necesidades de la comunidad local, reconociendo que la educación no es solo transmitir conocimientos, sino también respetar las costumbres y las tradiciones. El mensaje principal, que defiende la necesidad de un cambio social a través de la educación, es claro y convincente. Si bien la película no ofrece soluciones fáciles, sí plantea preguntas importantes sobre cómo construir un mundo más justo y equitativo. Un pequeño punto débil reside quizás en la aceleración de ciertos eventos finales, que podrían haber beneficiado de un desarrollo más pausado.

En definitiva, “Selam: Bahara Yolculuk” es una película con un mensaje potente y una belleza visual considerable. Es un trabajo de equipo notable y una contribución significativa al cine documental, ofreciendo una ventana a un mundo diferente y a la importancia del compromiso personal. Se trata de una película que te queda grabada en la memoria mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar.

Nota: 8/10