Semmelweis (2023)

“Semmelweis” no es un drama médico grandilocuente, ni una biopic pulida, sino una película que se instala en el alma de su protagonista y la transmite al espectador con una intensidad que rara vez se encuentra en el cine. La dirección de István Szabó, aunque discreta, es magistral en su capacidad para construir una atmósfera de tensión palpable, un ambiente claustrofóbico que refleja la desesperación y la lucha constante del Dr. Ignác Semmelweis. No se apoya en efectos especiales ni en una fotografía espectacular, sino en la sutil representación de la higiene precaria de la época, el olor a humedad, la falta de luz y la cruda realidad del sufrimiento. Szabó se centra en el personaje de Semmelweis, en su mente atormentada por la pérdida de pacientes, sin adornos ni simplificaciones.

Miklos H. Vecsei ofrece una interpretación impecable. Su Semmelweis es un hombre brillante pero profundamente marcado por la tragedia, un científico obstinado que se debate entre sus propias convicciones y la incredulidad de sus colegas. La película consigue transmitir esa ambivalencia, esa lucha interna que lo consume. Su mirada, a menudo cansada y frustrada, es suficiente para revelar la complejidad de su personaje. La química entre Vecsei y Katica Nagy, quien interpreta a la enfermera Ignácová, es otro punto fuerte. La relación entre ambos es fundamental para el desarrollo de la historia, un vínculo de respeto y admiración mutua que contrasta con la actitud hostil de muchos de sus compañeros médicos. László Gálffi y Tamás Kovács, aunque con menos tiempo en pantalla, aportan una valiosa dimensión al equipo médico de Semmelweis, mostrando la resistencia y la lealtad de aquellos que lo apoyan en su búsqueda de la verdad.

El guion, adaptado de un libro de David Grabenstein, es riguroso en su tratamiento de los hechos históricos, pero no se limita a una mera recreación documental. Szabó utiliza flashbacks sutiles para mostrar la evolución de las ideas de Semmelweis, y las escenas de autopsia, aunque perturbadoras, son cruciales para entender su proceso de descubrimiento. La película no idealiza al protagonista, mostrando también sus limitaciones, su temperamento errático y su incapacidad para comunicarse eficazmente con sus colegas. La resistencia que encuentra Semmelweis, tanto a nivel profesional como social, es lo que hace que la historia sea tan conmovedora. No se trata simplemente de un médico que descubre una causa de mortalidad, sino de un hombre que se enfrenta a un sistema profundamente arraigado en la ignorancia y la superstición.

En definitiva, "Semmelweis" es una película poderosa y reflexiva que exige una mayor atención al cineasta húngaro. No es una película fácil de ver, pero es una película que permanece en la memoria, que obliga al espectador a cuestionar sus propios prejuicios y a reflexionar sobre la importancia de la ciencia, la razón y la empatía. Una historia de perseverancia, de lucha por la verdad y, en última instancia, de esperanza en un mundo donde la muerte acecha en cada esquina.

Nota: 8/10