“¡Semos peligrosos! (Uséase Makinavaja 2)” no es precisamente una obra maestra del cine, pero tampoco es un desastre absoluto. Es una película que se mueve en un territorio peculiar, donde el humor absurdo y el ritmo frenético parecen ser sus principales atractivos. La película, que vuelve a presentar a Makinavaja y su inseparable acompañante, se aleja considerablemente de la propuesta original, aunque mantiene la esencia de su irreverencia y un sentido del humor que puede ser polarizante. El cambio de escenario a un entorno más tropical y el añadido de un nuevo grupo de antagonistas sudamericanos, con sus propios códigos y motivaciones, aporta variedad a la trama, aunque a veces sacrifica la cohesión narrativa.
La dirección de Juan Diego Solórzano es decidida y llena de energía. Se nota que Solórzano se divierte creando situaciones caóticas y visualmente impactantes. Las escenas de persecución son particularmente logradas, utilizando la exuberante vegetación de la isla para crear un ambiente claustrofóbico y peligroso. Sin embargo, a veces la intención de generar sorpresa y confusión puede llevar a decisiones creativas cuestionables, y la película podría haber beneficiado de un mayor control del ritmo. El uso de la cámara, en general, es dinámico y contribuye a la sensación de constante movimiento, aunque con momentos de excesivo “slow motion” que interrumpen el flujo de la acción.
Las actuaciones son, en su mayoría, correctas. El protagonista, Rodrigo de la Torre, se muestra afable y convincente en su papel de Makinavaja, un personaje con un carisma innegable. Sin embargo, la película no le da muchas oportunidades para profundizar en la psicología del personaje. El resto del elenco, incluyendo a los nuevos villanos, entrega interpretaciones sólidas, aunque no esperan eclipsar a la figura de Makinavaja. La química entre De la Torre y su compañero de reparto es palpable, lo que enriquece la dinámica de la película.
El guion, sin embargo, es quizás el aspecto más débil de la película. Si bien la premisa es interesante y ofrece un potencial considerable, la ejecución resulta algo apresurada y con diálogos que a veces resultan forzados. Algunos de los “explicativos” de los personajes sobre sus motivaciones no convencen del todo, y la trama se complica en exceso, incluyendo elementos que parecen añadidos para mantener el interés del espectador, sin un propósito claro. La evolución de los personajes, tanto buenos como malos, es superficial y no se profundiza en su desarrollo emocional. El humor, si bien presente, es a menudo burdo y recurre a chistes fáciles, limitando su impacto.
En definitiva, "¡Semos peligrosos! (Uséase Makinavaja 2)” es una película entretenida para aquellos que buscan una distracción sin pretensiones. No es un gran cine, pero ofrece momentos de acción y humor que pueden resultar gratificantes. Es una película para ver con amigos, bajo la expectativa de una aventura delirante y sin grandes pretensiones.
Nota: 6/10