Servicios muy personales (1987)

“Servicios muy personales” es un retrato crudo y sorprendentemente conmovedor de la supervivencia en las circunstancias más adversas. La película de Michael Winterbottom, que marca su regreso al directorío tras años de distanciamiento, no es un melodrama fácil ni una película para todos los públicos, pero ofrece una mirada honesta y sin adornos a la vida de Christine Painter, interpretada con una fuerza silenciosa por Lesley Manville. La película se construye a partir de una premisa inicial relativamente sencilla – una mujer soltera que se ve obligada a ceder a un extremo para sobrevivir – pero se expande rápidamente en una narrativa que explora temas de clase, desigualdad y la búsqueda desesperada de autonomía.

Winterbottom, conocido por su estilo directo y a menudo provocador, no rehúsa la realidad. La puesta en escena es precisa, mostrando con detalle el ambiente sucio y marginal en el que vive Christine, reflejando tanto su situación económica como la decadencia moral del lugar. La dirección de Winterbottom es, sin embargo, más refinada que en algunas de sus películas anteriores. Observamos un uso sutil de la cámara, permitiendo que la película respire y que el espectador absorba la atmósfera. La banda sonora, que incluye música soul de los años 70, contribuye a la textura visual y emocional de la película.

La actuación de Lesley Manville es, sin duda, el corazón de la película. Ella ofrece una interpretación magistral de Christine, una mujer que ha visto el mundo de forma dura y que se ve obligada a recurrir a medidas desesperadas para proteger a su hijo. Manville evita la sentimentalidad fácil, transmitiendo la determinación, la frustración y el dolor de Christine con una mirada, un gesto, un silencio. El resto del reparto, aunque con papeles secundarios, también cumple con creces, ofreciendo un retrato realista de personajes que viven al margen de la sociedad. Particularmente interesante es la interpretación del joven Finn Géha como el hijo de Christine, aportando un elemento de vulnerabilidad y esperanza a la historia.

El guion, coescrito por Winterbottom y James Cottrell, es un punto fuerte de la película. La trama se desarrolla de forma orgánica, con momentos de humor negro intercalados con escenas de tensión y drama. La decisión de Christine de involucrarse en la industria del sexo no se presenta como una elección fácil o moralmente justificable, sino como una consecuencia lógica de sus circunstancias. La película se resiste a juzgar a los personajes, mostrándolos como víctimas de un sistema que los ha empujado a la desesperación. La exploración del burdel como un espacio de poder y resistencia es particularmente interesante, ofreciendo una perspectiva inusual sobre las mujeres que trabajan en este sector.

“Servicios muy personales” es una película incómoda, desafiante e inolvidable. No es un entretenimiento ligero, pero sí una obra cinematográfica significativa que invita a la reflexión sobre las dificultades de la vida y la complejidad de la condición humana. Es un trabajo honesto y valiente de Michael Winterbottom, y una demostración del talento de Lesley Manville.

Nota: 8/10