Sex Tape. Algo pasa en la nube (2014)

“Algo pasa en la nube” (Sex Tape), la comedia de Jay Roach, no es una obra maestra cinematográfica, pero tampoco una simple frivolidad. Ofrece una experiencia de visualización entretenida, aunque con algunos altibajos que la alejan de un potencial más elevado. La premisa – un matrimonio de mediana edad que, después de una década de matrimonio y dos hijos, decide grabar una “sex tape” para reavivar la chispa – es inherentemente provocadora y, en la era de las redes sociales, sorprendentemente resonante. Roach, conocido por su trabajo en “Dead Silence” y “El Club de la lucha”, demuestra una habilidad para generar tensión y humor en situaciones comprometidas, y aquí aplica esa técnica a la perfección.

La dirección es sólida y, más allá del factor “choca” que inevitablemente genera el tema, Roach crea una atmósfera de autenticidad en los momentos íntimos. La película no se dedica a exageraciones gráficas, sino que se centra en la incomodidad, el nerviosismo y, sobre todo, en la vulnerabilidad de los personajes. El uso de la cámara en primera persona, que se alterna con la perspectiva de la pareja, contribuye a este efecto de inmersión, permitiéndonos presenciar la película desde el interior de la relación de Jay y Annie. Sin embargo, la película a veces cae en un humor fácil y recurrente, evitando profundizar en las dinámicas emocionales subyacentes. El ritmo, en algunos momentos, se siente irregular, con escenas largas y lentas intercaladas con momentos explosivos de humor.

Las actuaciones de Jason Segel y Cameron Diaz son, sin duda, el punto fuerte de la película. Segel ofrece un retrato convincente de un hombre inseguro y con complejo de inferioridad, mientras que Diaz aporta un toque de sarcasmo y cinismo que equilibra el personaje. Su química, aunque no siempre particularmente romántica, es palpable y contribuye a que el público se sienta más cercano a sus desventuras. Los actores secundarios, como Andy Garcia y Rob Lowe, ofrecen momentos cómicos, aunque sus personajes a menudo carecen de profundidad. Garcia, en particular, se desvive con un humor exagerado que, aunque divertido, puede resultar forzado. La comedia reside en sus reacciones y en la incredulidad de los demás personajes al descubrir el material.

El guion, escrito por Jay Roach y Steve Bauer, presenta un concepto interesante, pero se pierde en la ejecución. La trama principal, centrada en el envío accidental del vídeo a una amplia audiencia, funciona bien como catalizador para la comedia, pero las subtramas, como la recuperación de la reputación del personaje de Andy Garcia, no son tan convincentes. El humor, en general, es de tipo slapstick y situacional, a menudo torpe y con una duración que puede extenderse demasiado. El problema de la identidad y la privacidad en la era digital se plantea de forma superficial, sirviendo principalmente como pretexto para la historia principal. La película no explora suficientemente las implicaciones morales y sociales de los actos de sus personajes.

Nota: 6/10