Shakespeare enamorado (1998)

“Shakespeare Enamorado” es, en esencia, una carta de amor a la época, al teatro y, curiosamente, al propio William Shakespeare. La película, dirigida con elegancia por Marc Munden, logra un resultado que, si bien no es una obra maestra del séptimo arte, sí ofrece una experiencia cinematográfica agradable y sorprendentemente entretenida. Munden domina el periodo histórico, recreando Londres del siglo XVI con una precisión visual que se nota, desde la arquitectura y el vestuario hasta los detalles más pequeños, como las conversaciones y las costumbres. La atmósfera general es rica y palpable, transportando al espectador a un mundo que, aunque familiar, se siente auténtico y vibrante.

Hugh Grant, como William Shakespeare, ofrece una actuación encantadora y, para ser franco, un verdadero placer para los ojos. Grant sabe cómo imbuir al personaje con su habitual humor y encanto, pero aquí lo controla de manera magistral. No se limita a la comedia superficial; explora las inseguridades, los miedos y la necesidad de validación que aparentemente impulsan a Shakespeare. La química entre Grant y Felicity Jones, quien interpreta a Lady Viola, es palpable y fundamental para el éxito del romance central. Jones aporta una fuerza y una determinación que contrasta gratamente con la vulnerabilidad de Shakespeare, y su interpretación es considerablemente más profunda que la del protagonista.

El guion, adaptado de la novela de Tom Stoppard, presenta una trama ingeniosa y llena de diálogos brillantes. La película no rehúsa la complejidad del período histórico y, a su vez, se permite explorar las dudas y las aspiraciones del autor. El conflicto central, la búsqueda de la musa y el bloqueo creativo, es un pretexto para examinar la naturaleza del arte, la fama y la influencia de la sociedad. Sin embargo, a veces, el guion se vuelve un tanto denso, con discusiones filosóficas que, aunque interesantes, podrían haberse recortado sin perjudicar la narrativa. No obstante, las escenas de teatro que se intercalan en la película son excepcionales, mostrando la vitalidad y el impacto del trabajo de Shakespeare en su época.

La película, a pesar de su enfoque en la historia de Shakespeare, se construye con una estética cuidada y una banda sonora evocadora. La cinematografía es hermosa, utilizando una paleta de colores cálidos y una iluminación natural que realza la belleza de la época. El diseño de producción, como se ha mencionado, es impecable, sumergiendo completamente al espectador en la Londres del siglo XVI. Si bien la película no es innovadora en términos de narrativa o estilo visual, sí logra crear un ambiente particular y atractivo que la diferencia de otras producciones históricas. En resumen, “Shakespeare Enamorado” es un entretenimiento inteligente y visualmente estimulante, que honra al genio del autor y ofrece un vistazo fascinante a una época crucial en la historia del teatro y la literatura.

Nota: 7/10