Shanghai Kid, del este al oeste (2000)

“Shanghai Kid, del este al oeste” (Shanghai Noon, 2000) es una película que, a primera vista, podría parecer un simple vehículo para la acción y la comedia de Jackie Chan. Sin embargo, tras una revisión más profunda, se revela como una joya inesperada, un homenaje divertido y original al género western, con un toque oriental que lo diferencia radicalmente de sus contemporáneos. La película se basa en un concepto audaz: un guardián del emperador chino, un hombre de honor con habilidades de artes marciales y un profundo sentido del deber, se ve forzado a trabajar con un pistolero estadounidense, Roy O’Bannon (Owen Wilson), para rescatar a una princesa. Esta premisa, a simple vista improbable, es el corazón latente de una narrativa sorprendentemente ingeniosa y encantadora.

La dirección de Fred Roach y Allen Hughes es magistral en la forma en que equilibra la comedia y la acción. No se limitan a crear situaciones cómicas por la fuerza bruta, sino que las construyen meticulosamente, a menudo utilizando el choque cultural entre Chon Wang y Roy O'Bannon como fuente principal de humor. La película evita caer en estereotipos y, en cambio, explora las diferencias en sus valores y filosofías de vida, presentando un diálogo constante y divertido que es fundamental para el tono general de la película. La coreografía de las escenas de lucha, una firma de Jackie Chan, es impecable y, más importante aún, está integrada de forma natural en la narrativa, no es simplemente un añadido para demostrar su destreza.

Las actuaciones son excepcionales. Jackie Chan, como siempre, brilla como Chon Wang, no solo demostrando su dominio de las artes marciales, sino también su capacidad de transmitir emoción y humanidad. Su personaje es un hombre complejo, noble y vulnerable, que lucha por honrar su deber y proteger a aquellos a quienes ama. Owen Wilson, por su parte, ofrece una interpretación sorprendentemente sólida como Roy O'Bannon. Wilson, conocido por su encanto relajado, demuestra una sorprendente profundidad al interpretar a un pistolero con un código moral propio, un hombre que, a pesar de sus métodos, tiene un buen corazón. Lucy Liu, interpretando a la princesa Pei Pei, aporta un aire de sofisticación y determinación a su personaje, aunque su papel se limita a ser la motivación de la aventura.

El guion, coescrito por Fred Wolf, Barry J. Kowalski y Peter Huy Fong, es donde la película realmente destaca. La trama, aunque sencilla, está repleta de giros inesperados y diálogos ingeniosos que mantienen al espectador enganchado. La película va más allá de la comedia física y ofrece momentos de suspense genuino, a medida que los protagonistas se enfrentan a peligros y traiciones. El uso de elementos de la cultura china en el contexto del Viejo Oeste es particularmente creativo y aporta una frescura única a la historia. La película no solo tiene sentido del humor, sino que también presenta un mensaje sobre la importancia de la lealtad, la justicia y la superación de las diferencias.

En definitiva, “Shanghai Kid, del este al oeste” es una película entretenida, inteligente y sorprendentemente conmovedora. Es un clásico del género western que merece ser redescubierto, no solo por las habilidades de Jackie Chan, sino por su originalidad y su capacidad para combinar comedia, acción y aventura de una forma tan efectiva.

Nota: 8/10