She Will (2022)

“She Will” es una película que, en su esencia, busca provocar, cuestionar y, quizás, incomodar. La propuesta es ambiciosa: una mujer consagrada, atormentada por el envejecimiento, la enfermedad y las consecuencias de una vida pública, despierta a un poder sobrenatural que le permite, en sus sueños, castigar a aquellos que la han herido. Sin embargo, la ejecución de esta premisa, aunque interesante, resulta desigual, dejando una sensación de potencial frustrado.

La dirección de Matthew Creed es, en general, sólida, especialmente en la ambientación de la sombría y remota campiña escocesa. La belleza agreste del paisaje se convierte en un personaje más, reflejando el aislamiento y la desolación que siente Veronica (Rebecca Ferguson), la protagonista. La película hace buen uso de la luz y la sombra para enfatizar el estado emocional de la actriz, subrayando su vulnerabilidad y su creciente poder. Sin embargo, hay momentos en los que el ritmo se siente deliberadamente lento, casi excesivamente, lo que resta dinamismo a la narrativa. A veces, la película se pierde en descripciones de paisajes que, aunque bellas, no aportan necesariamente al desarrollo de la trama.

Rebecca Ferguson ofrece una actuación magnífica. Su interpretación de Veronica es magistral. Es capaz de transmitir tanto la fragilidad de una mujer en la cúspide del declive como la fuerza y la furia que emerge de su nuevo poder. Ella es la columna vertebral de la película, y su presencia en pantalla es innegablemente cautivadora. Sus expresiones faciales y su lenguaje corporal son excepcionales, y logra comunicar emociones complejas sin necesidad de recurrir a un exceso de diálogo. Desi, interpretada por Geraldine Somerville, actúa como un contrapunto interesante a la melancolía de Veronica, aportando un aire de pragmatismo y preocupación que sirve como un recordatorio constante de la mortalidad.

El guion es, sin embargo, donde reside el mayor problema de la película. La premisa es intrigante, pero la construcción de la historia resulta a veces confusa y poco clara. La justificación del poder de venganza de Veronica no está del todo desarrollada, lo que genera dudas sobre la lógica interna de la narrativa. Algunas de las escenas con sus enemigos, aunque visualmente atractivas, se sienten más como ejercicios estilísticos que como momentos verdaderamente impactantes. La película intenta jugar con el concepto de sueño y realidad, pero a menudo se pierde en la ambigüedad, dejando al espectador con más preguntas que respuestas. La película podría haber experimentado un mayor rigor en la explicación de los orígenes de este poder, profundizando en la mitología que la rodea.

En definitiva, “She Will” es una película visualmente atractiva y con una actuación sobresaliente de Rebecca Ferguson. Sin embargo, su guion, aunque ofrece una premisa interesante, no cumple con todas las expectativas. Es una película que requiere paciencia y una mente abierta, pero que, al final, no logra alcanzar la complejidad y el impacto emocional que podría haber tenido.

Nota: 6/10