Sherlock Gnomes (2018)

“Sherlock Gnomes” es, en su esencia, un esfuerzo por replicar la fórmula exitosa de “Gnomeo y Julieta” con una dosis extra de humor y una dirección visualmente atractiva. Sin embargo, la película, aunque agradable y entretenida para un público infantil, carece de la profundidad y la sutileza que caracterizaron su predecesora. La historia, centrada en la desaparición de adornos de jardín, es bastante simple, y aunque la introducción de Sherlock Gnomes como detective añade un elemento de intriga, el guion se siente a veces apresurado y dependiente de clichés del género detectivesco.

La dirección de Debora Springer es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. La utilización del color y la animación es exquisita, con un estilo visual que evoca tanto el mundo de los gnomos de cuento de hadas como el de Sherlock Holmes. Se logra una estética vibrante y atractiva, que se traduce en escenas memorables, especialmente durante las investigaciones de Sherlock, donde la planificación y el detalle de la puesta en escena son notables. La banda sonora, con melodías alegres y reconocibles, complementa a la perfección la atmósfera festiva de la película.

El reparto de voces es sólido, con James McAvoy como Sherlock Gnomes mostrando una dicción impecable y una expresividad que se adapta a la complejidad del personaje. Duncan Brunsden se complementa a la perfección con su interpretación de Gnomeo, manteniendo el espíritu juvenil y aventurero del personaje original. La incorporación de Patricia May jako la Señora Capitan, una gnomo anciana y muy experta en los misterios, aporta un componente de sabiduría y humor ácido al relato. Sin embargo, la trama se siente un poco desequilibrada, y algunos personajes secundarios no se desarrollan suficientemente, lo que resta interés a ciertos momentos clave.

A pesar de sus virtudes visuales y de las buenas interpretaciones, “Sherlock Gnomes” no llega a alcanzar el nivel de ingenio y originalidad de “Gnomeo y Julieta”. La película parece rehacer algunas de las ideas de la primera, pero sin aportar nada nuevo a la historia. La resolución del misterio es predecible y carece del impacto emocional que podría haber tenido si se hubiera construido con mayor profundidad. Aunque la película cumple su función de entretener y hacer reír a los niños, no deja una impresión duradera. Se siente como una extensión de la primera película, con menos ambición narrativa y, en cierto modo, menos corazón.

Nota: 6/10