Shrek: Felices para siempre (2010)

‘Shrek: Felices para siempre’ no es solo una secuela; es una deconstrucción deliberada y, en muchos sentidos, una victoria de la franquicia. Guillermo del Toro, en su incursión en el mundo de Shrek, aporta una capa de oscuridad y un toque de horror gótico que originalmente no estaban presentes en la trilogía principal. Y lo hace con una maestría que transforma lo familiar en algo inquietantemente original. El cambio de tono es radical, pasando del humor slapstick y la aventura accesible a un relato de fantasía oscura con elementos de cuento de hadas retorcidos. Esta elección narrativa, aunque arriesgada, es la joya de la corona de la película.

La dirección de Del Toro se distingue por su atención al detalle, un elemento que siempre ha sido característico de su obra. El diseño de producción es absolutamente impecable, creando un Muy Muy Lejano alternativo que es a la vez hermoso y aterrador. Los escenarios, las criaturas y la atmósfera general evocan el estilo visual de películas como ‘El laberinto del fauno’ o ‘El espinazo del mundo’, aportando un frescor notable al universo Shrek. La paleta de colores, aunque rica y vibrante, está teñida de un tono sombrío que refleja la desesperación y la lucha interna de Shrek.

Las actuaciones son, en general, sólidas. Mike Myers continúa ofreciendo una interpretación impecable de Shrek, capturando a la perfección su frustración, su anhelo y su creciente desesperación. La transformación de la personalidad del personaje es palpable y la comedia, aunque más sutil que en las películas anteriores, está presente en momentos clave. Zoe Saldana, como Fiona, se enfrenta al desafío de interpretar una versión más agresiva y decidida de su personaje, y lo hace con una convincente mezcla de fuerza y vulnerabilidad. Aunque algunos podrían encontrar la interpretación de Cameron Diaz como la reina Artamina un poco exagerada, contribuye a la atmósfera general de desasosiego.

Sin embargo, el guion, aunque intrincado y lleno de giros inesperados, a veces se siente un poco sobrecargado. La trama se complica en exceso con la inclusión de nuevos personajes y subtramas que, a pesar de ser interesantes, diluyen el enfoque principal. El desarrollo de algunos personajes secundarios, como el Gato con Botas, aunque divertido, carece de la profundidad que se podría haber logrado. La constante exposición de la historia a través de la voz en off de Shrek, a pesar de ser una herramienta habitual en la franquicia, se siente un poco repetitiva y, a veces, innecesaria. Afortunadamente, la película logra mantener un buen ritmo, evitando que la complejidad de la trama la paralice.

A pesar de sus pequeñas fallas, ‘Shrek: Felices para siempre’ es una secuela que supera con creces las expectativas y que se erige como una de las mejores de la saga. Es una película que no teme desafiar las convenciones del género y que ofrece una experiencia cinematográfica única y memorable. Es un homenaje al legado de Shrek, pero también una declaración de intenciones que demuestra la capacidad de Guillermo del Toro para reinventar lo conocido. Es, en definitiva, una película que merece la pena ver, incluso para aquellos que consideran que la saga original era suficiente.

Nota: 8/10