Si no despierto (2017)

“Si no despierto” es un thriller psicológico que, lejos de ofrecer un impacto inmediato, se instala lentamente en la mente del espectador, construyendo una atmósfera de inquietud palpable que perdura mucho después de que los créditos finales se desvanecen. La película no se basa en sustos fáciles o giros argumentales gratuitos, sino en la exploración introspectiva de la protagonista, Sam, una joven que se encuentra inexplicablemente atrapada en un bucle temporal, reviviendo su último día de vida. Esta premisa, aunque ya no tan original como podría ser, es llevada a cabo con una sensibilidad y un detalle que elevan la película por encima de la mera repetición de un mismo día.

La dirección de Anya Petrova es precisa y deliberada. Petrova evita el melodrama y se centra en la expresión sutil de las emociones de Sam, utilizando la cámara con un enfoque en los ojos de la protagonista, transmitiendo una mezcla de confusión, desesperación y, en ocasiones, un leve toque de humor negro. La película se caracteriza por un uso minimalista de la música, que no interfiere con la atmósfera opresiva pero sí acentúa los momentos de tensión. La fotografía es elegante, con paletas de colores apagados que refuerzan la sensación de estancamiento y la falta de color en la vida de Sam. Es una dirección que pone énfasis en el *cómo* se cuenta la historia, priorizando la atmósfera y la sensación de incertidumbre sobre lo que realmente está sucediendo.

El núcleo de la película reside en la actuación de Clara Mendes como Sam. Mendes ofrece una interpretación magistral, transmitiendo con notable naturalidad la fragilidad emocional y la creciente locura de su personaje. La transición de la confusión inicial a la desesperación y, finalmente, a una determinada aceptación del bucle temporal es convincente y profundamente emotiva. El resto del elenco, aunque limitado, contribuye a la credibilidad de la historia. No se centra en personajes secundarios complejos, pero cada uno cumple su función de evidenciar las relaciones de Sam con su entorno.

El guion, coescrito por Petrova y Daniel Vargas, destaca por su lentitud y su enfoque en la psicología de la protagonista. La película no dedica mucho tiempo a explicar el *por qué* del bucle, optando por sumergir al espectador en la experiencia subjetiva de Sam. La trama se desarrolla a través de sus intentos de comprender la causa de su situación y de romper el ciclo. Es un guion inteligente que evita las explicaciones rebuscadas, permitiendo que el espectador interprete la historia según sus propias inquietudes. Sin embargo, la lentitud del ritmo puede resultar frustrante para algunos, y la falta de un desenlace definitivo podría dejar a algunos espectadores insatisfechos. Se centra en el proceso, no en el resultado.

“Si no despierto” no es una película para todos los gustos. Su ritmo pausado y su enfoque en la introspección pueden no agradar a quienes buscan un thriller más convencido y lleno de acción. No obstante, para aquellos que aprecien la cinematografía contemplativa y las actuaciones sutiles, esta película ofrece una experiencia inquietante y memorable, explorando temas de la mortalidad, el arrepentimiento y la búsqueda de significado en la vida. Es una historia sobre la necesidad de apreciar lo que tenemos, antes de que sea demasiado tarde.

Nota: 7/10