Sí, quiero... o no (2023)

“Sí, quiero… o no” es una comedia romántica que, a primera vista, parece la típica propuesta: jóvenes pareja en crisis, padres entrometidos y la necesidad imperiosa de consejo paternal. Sin embargo, la película logra trascender esa fórmula predecible, ofreciendo una mirada particularmente aguda y, a veces, incómoda sobre las dinámicas familiares y el peso de las expectativas sociales sobre el matrimonio. La dirección de Todd Phillips es precisa y sabe equilibrar la comedia con momentos de genuina reflexión, evitando caer en la caricatura excesiva que lamentablemente a veces asalta este género.

La película se centra en Michelle y Allen, interpretados de manera convincente por Shannon Leigh Murray y Josh Peck. Las actuaciones son sólidas y realistas. Murray y Peck logran transmitir la incomodidad y la frustración de una pareja que se siente atrapada entre las expectativas de sus respectivos padres, y también entre sus propias dudas y miedos. La relación entre los padres, interpretados por los veteranos Alan Arkin y Dianne Keaton, es el verdadero corazón de la película. Su complicidad, sus miradas, sus pequeñas bromas y, en última instancia, sus diferencias de opinión sobre el matrimonio son lo que realmente impulsa la trama. Arkin y Keaton, como siempre, aportan una química inigualable y demuestran un dominio absoluto de su oficio. La dinámica entre ellos no es simplemente divertida; es el núcleo emocional de la película y explora con elegancia temas como el envejecimiento, el perdón y la aceptación.

El guion, coescrito por Phillips y Scott Neustad, es donde la película realmente brilla. Evita los clichés y las soluciones fáciles, presentando un debate sobre el amor que es a la vez agudo y conmovedor. Las opiniones de los padres sobre el matrimonio son diversas y, en muchos casos, contrapuestas, reflejando la realidad de que no existe una única forma correcta de amar. La película no juzga a nadie, simplemente presenta diferentes perspectivas y deja que el espectador decida qué es lo que realmente importa. Los diálogos son naturales y, en ocasiones, sorprendentemente perspicaces. La película también se atreve a explorar la idea de que el amor no siempre es romántico y que puede estar compuesto por amigos, familia y, sobre todo, por la comprensión y el respeto mutuo.

Si bien la trama es relativamente sencilla, la película logra mantener el interés del espectador gracias a sus personajes bien desarrollados, sus diálogos inteligentes y su dirección cuidada. “Sí, quiero… o no” es una comedia romántica que invita a la reflexión y que, en última instancia, celebra la complejidad del amor en todas sus formas. Es una película honesta, con momentos de humor y otros de pura emoción, y que, a pesar de su temática, ofrece un mensaje optimista sobre el futuro de la relación entre Michelle y Allen. Es un título que merece la pena ver, especialmente para aquellos que buscan algo más que una simple comedia romántica.

Nota: 8/10