Siccîn 5 (2018)

“Siccîn 5” (Siccîn 5) es una experiencia cinematográfica que se aferra a la memoria y al miedo, ofreciendo un viaje onírico y perturbador a través de la psique de Hale, interpretada con una intensidad palpable por la actriz Ecrin, que demuestra ser una revelación. La película, dirigida por Rojda Gyurkan, se adentra en un paisaje turco rural, específicamente en la región de Nevsehir, donde la arquitectura histórica y la geografía árida aportan un ambiente casi claustrofóbico que se entrelaza a la perfección con la narrativa. Sin embargo, la belleza visual, aunque innegable, es solo la punta del iceberg de una película que se deleita en la incertidumbre y la sensación de incomodidad.

El guion se construye con una meticulosidad que recompensa la paciencia del espectador. La película no se apresura a explicar sus misterios, optando por sugerir y dejar que la atmósfera y las imágenes hablen por sí solas. La pesadilla que atormenta a Hale, la visita a la antigua casa de su abuelo y la posterior transformación de su personalidad, se presentan como una serie de fragmentos que se ensamblan lentamente, creando un efecto de desorientación similar al que experimenta la protagonista. Esta estrategia, aunque efectiva, podría resultar frustrante para aquellos que buscan respuestas concretas; la película funciona mejor si se permite al espectador construir su propia interpretación del horror que se desata.

Las actuaciones son sobresalientes. Ecrin, como Hale, ofrece una interpretación magistral, transmitiendo con destreza la evolución de su personaje desde la vulnerabilidad inicial hasta la locura creciente. Su mirada, llena de temor y confusión, es el eje central de la película. Los acompañamientos, especialmente Selim, interpretado por Kenan, complementan la historia con una carga emocional palpable. La dinámica entre Selim y Hale está cargada de tensión, intensificando el horror psicológico y la sensación de peligro inminente. La tía Azra, caracterizada por el rostro de la legendaria actriz Filiz Aker, aporta una dimensión de melancolía y desesperación que acentúa el ambiente opresivo.

La dirección de Gyurkan es impecable, utilizando la cinematografía de manera experta para crear una atmósfera inquietante. El uso de la luz y la sombra, especialmente en las escenas dentro de la casa antigua, es particularmente efectivo, jugando con la percepción del espectador y generando una sensación de permanencia en un lugar maldito. La banda sonora, minimalista pero inquietante, refuerza el impacto emocional de la película, contribuyendo a la atmósfera de terror psicológico. Sin embargo, el ritmo de la película podría considerarse lento para algunos espectadores, y la falta de desarrollo de ciertos personajes secundarios resta un poco de profundidad a la historia.

En definitiva, “Siccîn 5” es una película que se resiste a ser simplificada. Es una obra que se centra en explorar los recovecos más oscuros de la mente humana, utilizando elementos del folklore turco como parte integral de su entramado narrativo. No es un terror convencional, sino un terror psicológico que permanece en la memoria mucho después de que los créditos finales se han desplegado. Es una película que exige compromiso por parte del espectador, pero que recompensa esa inversión con una experiencia cinematográfica realmente singular.

Nota: 8/10